LifeStyle, Madrid

Ojos de lince, corazón de león y manos de mujer

Hoy vamos a hablaros de un tema que preocupa mucho a algunos de nuestros pacientes. El desconocimiento o malas experiencias propias o ajenas, desaniman a algunas personas a realizarse intervenciones de cirugía estética por el miedo a las cicatrices. Son, precisamente los cirujanos plásticos, y no por azar, los que más extreman el cuidado de sus intervenciones para prevenir una pobre cicatrización.

Las heridas por traumatismos, o heridas que se han contaminado, quirúrgicas o no, podrían  conducir a cicatrices “feas” que pueden llevarnos a pensar que cicatrizamos mal. Existen personas que efectivamente tienen una predisposición genética a producir lo que denominamos cicatrices hipertróficas. Éstas son mucho más visibles y tardan más en tomar un mejor aspecto. Afortunadamente la mayoría de las personas carecen de esa tendencia. Aspectos como una técnica delicada, con un trato exquisito de los tejidos, son fundamentales si buscamos el mejor resultado posible.

Como observáis en las fotografías que acompañan el artículo, tras una cirugía de aumento de pecho o una de lifting facial, podemos esconder una cicatriz en un pliegue natural, en un surco facial o en lugares que normalmente permanecen ocultos a la visión directa de los demás o incluso a la propia. ¿Conoces alguna persona con una cicatriz facial derivada de una cirugía estética? Seguramente conoces a muchas, pero no puedes ver sus cicatrices. A veces recurrimos a técnicas de micropigmentación para tatuar con el color de la piel una cicatriz que de otro modo se vería muy blanca. Un caso típico es una cicatriz alrededor de la areola mamaria que por contraste de color puede resultar más visible. Suplementos nutricionales para trabajar “desde dentro”, como los precursores del colágeno, del ácido hialurónico, el magnesio o la vitamina C tienen un sitio en la búsqueda de la cicatrización estética. Contamos con herramientas que producen una más rápida maduración de las cicatrices minimizando los tiempos para que una herida tome el mejor aspecto posible.

La orientación de las cicatrices, la ausencia de tensión, la aplicación de calor o presión y la prevención de una posible contaminación son factores claves en el aspecto final de una cicatriz. Y claro, como abogaba un clásico cirujano inglés, al expresar las características ideales de un cirujano, la delicadeza en el trato de los tejidos (“manos de mujer”). En FEMM Cirugía y Medicina Estética los cirujanos somos hombres, de momento… pero sabemos imitar a las mujeres, nuestras adoradas y queridas mujeres.

Dr. Carlos Gullón Cabrero (cirujano plástico)

FEMM Cirugía y Medicina Estética

© FEMM Cirugía y Medicina Estética

 

21 septiembre, 2016

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *