Entre las personas consideradas por el Presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, para desempeñar cargos en su Gobierno figuran James Mattis y John Kelley, el primero para la Secretaría de Defensa y el segundo para la de Estado.
El primero, como general de brigada mandó la 1ª Brigada Expedicionaria de Marines y la Fuerza de Tareas 58, durante la Operación Libertad Duradera en el sur de Afganistán; como general de división mandó la 1ª División de Marines durante el ataque inicial y las subsiguientes operaciones de estabilidad en Irak en el marco de la Operación Libertad Iraquí.
El segundo, con más de 40 años como militar en servicio, se opuso al plan para el cierre de Guantánamo, y entre noviembre de 2012 y enero de 2016 se mantuvo frente al Comando Sur de Estados Unidos.
El rasgo que une a los dos hombres es que son Generales, de cuatro estrellas, del Cuerpo de Marines. Este hecho sería imposible en España, pues los oficiales de nuestro Cuerpo de Infantería de Marina no superan, de hecho (no de derecho), el empleo de Generales de División.
Si un Oficial de Infantería de Marina, el hoy General retirado Antonio Alcina, pudo ser preceptor de nuestro Rey en su adolescencia, ¿qué tipo de rémora impide que él (u otro oficial del Cuerpo) pudiese llegar a ser JEMAD, JEMACON u otro puesto de alta responsabilidad?
Los infantes de marina se forman en la Escuela Naval Militar, en los concursos para ingreso en las Fuerzas Armadas ingresan con altas calificaciones, optan al Curso de Estado Mayor como el resto de sus compañeros de otros Cuerpos, a veces obteniendo el número uno. Las unidades en que sirven son consideradas de élite en las Fuerzas Armadas, y tanto su nivel técnico como capacidad de innovación está largamente acreditado.
No es concebible tal discriminación en un Estado democrático. Los atavismos restan eficacia a las Fuerza Armadas. No es de recibo que un oficial capaz sea relegado en detrimento del bien general por puro atavismo; o que donde la ley no distingue haya que hacerlo, como es el mantenimiento del turno por Ejércitos y la Armada para el nombramiento de JEMAD, algo que debe de desempeñar -lisa y llanamente- el Oficial General más capaz de las Fuerzas Armadas.
La Ministra María Dolores de Cospedal tiene trabajo en este sentido, pero es fácil.
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