Revés para la alcaldesa Manuela Carmena y los taxistas madrileños. En este caso, tanto monta, monta tanto. La una y los otros obstinados en luchar contra los tiempos y estrangular la libre y sana competencia en el transporte de pasajeros en las ciudades que no beneficia sino a los propios viajeros.

La asociación de vehículos con licencia de chófer privado, Unauto, ha conseguido (recurriendo el decreto ordenado por el ayuntamiento de la capital) la suspensión judicial de la medida apadrinada por Podemos, que prohibía circular a vehículos de las empresas al alza Cabify y Uber en Madrid.

Un juez de lo Contencioso de Madrid ha establecido que ambas compañías podrán circular en las zonas de tráfico restringido entre este 2 de diciembre y el 8 de enero. La medida de Carmena, con el lógico apoyo de los debilitados sindicatos del taxi, “vulneraría las normas de defensa de la competencia con alteración del mercado del transporte de viajeros” en unas fechas tan importantes para el desarrollo de esta actividad.