Madrid, Opinión

El Ejército español sigue siendo “el gran mudo”

Aproximándose el 8 de diciembre, la mayor de las festividades religiosas para nuestro Ejercito -La Inmaculada Concepción de María, Patrona de la mayoritaria Arma de Infantería (ya se sabe que la Infantería es como el pan; todo se come con pan, y muchas veces pan solo)- me permitirán ustedes que dedique unas líneas de homenaje a este «gran mudo» y tantas veces ignorado y silencioso gigante institucional, que es nuestro, mi, Ejercito.

Lo haré parafraseando y actualizando lo que de él escribiera nada menos que Don Pedro Calderón de la Barca, que junto de Miguel de Cervantes y Garcilaso de la Vega forma el trío de grandiosos colosos de la Literatura universal y al tiempo soldados de nuestra inmortal Infantería, reconocida en el mundo todo como la más gloriosa de la Historia.

Este Ejercito que ves, indiferente y resistente a toda clase de adversidades, durezas, peligros e inclemencias es la «mejor republica», en la que nadie puede esperar ser preferido, elegido o seleccionado  para la misión más arriesgada por el nombre o la fortuna que hereda, sino por lo que cada uno demuestra en su forma de prestar servicio. Porque en lo castrense excede a cualquier tipo de herencia el lugar y nombre que uno se hace, y sin mirar cómo nace ni de dónde o quienes procede, se mira como procede.

Entre soldados la necesidad no es infamia; que el honrado y pobre soldado tiene mayor calidad que el mas galán y lúcido, porque vistiendo el uniforme militar no adorna el vestido al pecho, que el pecho adorna al vestido. En el seno militar no crece la arrogancia, pues en él, el más valiente es el que menos lo parece. Y, así, de modestias llenos, a los más veteranos veras tratando de ser lo más y parecer lo menos.

En los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire la mas principal y singular hazaña es obedecer y el modo en que se practica la mejor y más firme disciplina es no pedir ni rehusar jamás la orden recibida. En ellos, en fin, la cortesía, la fineza y educación, la amistad y el compañerismo, el buen trato, la verdad, la bizarría, el crédito, la opinión, la constancia, la paciencia, la humildad y la obediencia, fama, honor, gloria y vida entera constituyen  el caudal de virtudes de ese puñado de austeros hombres y mujeres que forman las Fuerzas Armadas españolas. QUE EN BUENA O MALA FORTUNA LA MILICIA NO ES  MAS QUE UNA RELIGION DE HOMBRES Y MUJERES HONRADOS/HONRADAS.

3 diciembre, 2016

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