Carmen Lamela, la juez de la Audiencia Nacional, ha tomado la decisión de mandar a prisión a Daniel Fernández Aceña, ex miembro de los GAL y ahora arrestado por la Guardia Civil por su radicalización en el yihadismo. Asimismo, debido al auto adoctrinamiento que ha llevado a cabo y al hecho de mostrarse dispuesto a cometer un atentado, la magistrada le ha atribuido un delito de terrorismo.

La segunda persona que fue detenida por las autoridades policiales, un español que era compañero de piso del yihadista, también ha sido llevado a prisión, puesto que le han imputado un delito de tráfico de drogas al encontrarle sustancias estupefacientes en el proceso de la detención. A su vez, fuentes judiciales informan que quieren verificar si tenía o no vínculos con el yihadismo, por lo que la investigación sobre este detenido continua.

La Guardia Civil, treinta años después de que Daniel Fernández Aceña participara en el asesinato del ferroviario francés Jean-Pierre Leiva en Hendaya, detuvo al ex miembro de los GAL, ya que observó que el mencionado había realizado un proceso de autoadoctrinamiento “en el extremismo religioso de carácter yihadista” o  que difundía propaganda a favor de DAESH. Otro de los factores que llevó a los agentes policiales a proceder a su detención fue que el individuo se consideraba un “lobo-solitario” del yihadismo en las redes sociales. A su vez, fuentes de la investigación afirman que el ex miembro de los GAL había considerado la posibilidad de inmolarse en un transporte público o de realizar un atentado con “dos o tres tiros en la nuca”.

En relación a su autoadoctrinamiento en el yihadismo, Daniel Fernández Aceña viajó a países conflictivos como Afganistán, Siria y Palestina, lugares en los que declaró que él estaría dispuesto a cometer atentados suicidas en el caso de tener ocasión para ello.

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