El buen gusto y la elegancia en los centros para tu mesa de Navidad

Si hay algo que haga enamorar a los invitados de nuestra cena de Navidad es una mesa puesta con elegancia y una decoración propia para el evento que vamos a compartir. Además de sacar tu mejor vajilla, cubertería, cristalería y la mantelería de gala, es indispensable el toque exclusivo que nos dará el centro decorativo.

Una cosa que tenemos que tener en cuenta es el tamaño y el tipo de mesa. Una mesa alargada requerirá de un centro central alargado o varios centros pequeños a lo largo de la mesa, mientras que una mesa cuadrada o redonda necesitará un centro redondo central.

Tenemos que tener especial cuidado en el tamaño del centro para que no sea demasiado invasivo en la zona de los comensales o por el contario no se vea entre los demás elementos.

La altura del centro también es algo a tener en cuenta. Si vamos a poner algún centro con vela o cualquier otro elemento que le de altura debemos tener cuidado para que no impida la comunicación entre los comensales, siempre deben estar a una altura por debajo de la barbilla de los comensales.

Pondremos un centro acorde a la decoración navideña que hayamos puesto en casa y sobre todo acorde a la mantelería.

Los tonos rojos y verdes son más propios para la cena de Nochebuena y la comida de Navidad, mientras que los dorados, plateados y metalizados lo son para Nochevieja y Año nuevo.

La decoración de nuestra mesa la podemos realizar con un sinfín de materiales como bolas de navidad, piñas, ramas de acebo, ramas de abeto, lazos, flor natural o artificial, pero lo que no puede faltar son las velas. Las velas nos dan sensación hogareña, de intimidad, de familiaridad y además ponen un toque muy elegante a una mesa de comensales.

Procura que las velas que pongas sean duraderas y no tengan aroma ya que pueden modificar el gusto de los alimentos.