Madrid, Opinión

El oscuro panorama de la Unión Europea

El de Europa Occidental – la UE – y el español en particular, condicionados ambos en primer lugar por la incertidumbre Trump, que condicionar sin duda la reorientación británica tras el referéndum británico. Una UE sin anglosajones -los británicos yéndose y los EEUU mas lejos- con los Paises del Este de la Unión muy nerviosos por la cada día mas sólida reafirmación del liderazgo ruso. Y los Países del Sur, entre ellos España, convalecientes del «shock» de la crisis financiera y con  el brasero norteafricano bajo los pies; sobre todo el clamoroso caso de Italia, con un gobierno recientemente derrotado y humillado en el referéndum (maldita palabrita) constitucional, la Banca necesitada de ayudas publicas y la  dramática y continua inmigración desde  el horror.

Asi pues, Italia en su laberinto, Grecia en su tragedia inacabable, Holanda fuertemente tentada por la ultraderecha populista, gran incertidumbre electoral en Francia y Alemania ante el auge extremoderechista  y xenófobo. Una Polonia, una Hungría y una «casi» Austria ya en manos ultranacionalistas. Complicadísimo panorama por no haber sabido concretar de verdad una unión no solo económica y comercial. Una Unión sin espíritu de unidad. Sin la mano anglosajona, la rusa ni la oriental no parece ir mas que a la disgregación y al desastre.

En tan dramáticas condiciones del marco europeo los Partidos políticos españoles se disponen a pasar la ITV de sus Congresos, para mayor INRI todos casi al mismo tiempo, y con igualmente oscuras perspectivas también  de unidad, interna y todos en el conjunto de España. El PP, tras diez meses de bloqueo, ha conseguido confirmarse como el Partido de las acojonadas clases medias, formada básicamente por los mayores de 50 años hasta formar una roca granítica con los que están por encima de los 65; es decir un suelo de ocho millones de electores, pero, que dada su soledad endémica, quizá ni eso conserve, ni menos lo aumente, si no se reconcilia con los menores de 45 años. Y no tiene pinta el liderazgo de Rajoy de entusiasmar ni siquiera empatizar mínimamente a esos niveles jóvenes de edad. Así que Congreso sin relevo de líder/candidato, Congreso fallido.Y Aznar mirando/molestando la unidad popular.

Junto a la incertidumbre popular la creciente de Podemos, tras la evidencia del cisma existente entre Pablo Iglesias y Errejon, el primero incrustado en la izquierda marxista, crítica y anticapitaliasta, nostálgica y la guerra civil al máximo, y Errejon, más moderado, que se niega a continuar con la venganza y el revanchismo del pasado y su guerra civil, que, como bien dice el propio Errejón, si se perdió, se perdió. La consistencia del fenómeno Podemos, después de tres años de asombrosa irrupción, se ha estancado en la arcaica polémica de leninismo contra eurocomunismo, que acabo con  el eclipse total de los PPCC.

El PSOE mientras tanto, y para su desgracia, pendiente de Podemos y Ciudadanos que tantos votos le han arrebatado, con un horizonte de soluciones más bien pobrete pues no se sabe lo que puede ser peor. Si un  Pedro Sánchez resucitado, que conserva apoyos en la militancia pero se ha quedado sin equipo y apoyos fácticos; si  una «pesada» e «inevitable» Susana Díaz que se vería neutralizada si éste decide volver, o un tercera vía, apuntando al falso vasco Patxi Lopez. No parecen idóneos ninguno de los tres para abordar la tarea histórica de devolver al Psoe su fuerza y posición.

¿Y Albert Rivera? Pues nada de nada, porque éste y su Partido no son ideológicamente nada, solo una agrupación de «restos». Se han alimentado en cuatro quintas partes de cabreados del PP y la otra quinta parte de desesperados socialdemócratas del PSOE. Si PP y PSOE logran consolidarse mínimamente Rivera y sus Ciudadanos se disolverán como un azucarillo en el bipartidismo de siempre, pero que pocas esperanzas ofrecen PP y PSOE de conseguir rebipartidizar España: y  permítanme que ni siquiera hable del permanente factor de inestabilidad independentista.

En fin una UE y una España a las que no se ve la unidad por ninguna parte ni la forma de conservarla y no digamos como no se cuente con la manita americana. Pero «esos», los todopoderosos y hegemónicos anglosajones «a lo suyo», y el que quiera algo de ellos que se someta vía masónica, vía Davos o vía Bidelberg. Solamente una gigantesca diplomacia que fuera capaz de consolidar un eje Moscu, Varsovia, Berlin, París, Roma, Madrid y Lisboa  podría hacerles frente. Todo lo demás un panorama bien oscuro.

5 enero, 2017

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