Justo Rodríguez Braga, ex secretario general de UGT en Asturias, ha sido detenido este martes, junto a otras cinco personas, por presuntas irregularidades en las subvenciones para la formación recibidas por el sindicato.

La Unidad Central Operativa de la Guardia Civil ha detenido a los presuntos implicados de las regularidades y ha realizado un registro de la sede sindical ubicada en Oviedo. Según empleados de la sede, el registro se ha centrado en la primera planta del edificio, donde se sitúan las oficinas de la sede regional.

El sindicato ha asegurado que siempre ha actuado dentro de la más estricta legalidad vigente, y que su deseo es colaborar con la justicia en todo lo necesario para aclarar la situación. UGT, que pide celeridad en la realización de la investigación, subraya que el sindicato es el primer perjudicado en este caso, puesto que su funcionamiento estará en entredicho hasta que se despejen las dudas.

Después de 16 años al frente de la central de Asturias, Javier Fernández Lanero sustituyó a Rodríguez Braga al frente de la sede sindical, ofreciendo un cambio de modelo y personas para el organismo. Por su parte, Rodríguez Braga aseguró en su despedida del cargo, durante un congreso organizado por el sindicato el pasado mes de mayo, que todas las cuentas estaban justificadas.

La operación, que aún se mantiene abierta y puede incluir más registros, se inició en 2014 por presuntos delitos contra la Hacienda Pública (relacionados con el desvío de fondos para las subvenciones) y falsedad documental. Finalmente, la fiscalía denunció a UGT en 2015 por supuesto fraude en relación con las subvenciones públicas tramitadas a través de su fundación, el Instituto de Formación y Estudios Sociales.

En 2013, un informe de la Sindicatura de Cuentas de Asturias recomendó al sindicato mejorar la transparencia del proceso de selección de los beneficiarios de sus subvenciones. UGT justificó entonces sus actuaciones indicando que la formación se realizaba de forma conjunta entre ellos y las empresas de los trabajadores formados, de ahí que los beneficiarios de las ayudas fueran sindicatos y empresas no formativas.

@anaguerrerot