El mínimo respaldo de los madrileños a los procesos participativos no ha amilanado a Manuela Carmena. El Ayuntamiento de la capital, a pesar de que en 2016 solo votó el 1,68% del censo, eleva de 60 a 100 millones de euros los presupuestos del área. El edil de Participación Ciudadana, Transparencia y Gobierno Abierto, Pablo Soto, ha presentado las nuevas cuentas junto a la alcaldesa y da por buena la implicación de la ciudadanía, aún cuando los datos reflejan lo contrario: «Hay que ponerlo en contexto; en ninguna ciudad hubo tanta participación».

Los nuevos presupuestos, que se ejecutarán en 2018, prevén algunas novedades respecto al único precedente. Los madrileños ahora podrán presentar proyectos de competencia municipal para otorgar ayudas o subvenciones e inversiones públicas. No obstante, Soto ha matizado que no podrán ser nominativas y excluyen a aquellos contratos que se refieren a otro en vigor, como el caso de los integrales de limpieza. La segunda inclusión es que se amplían los plazos para las propuestas, de modo que si el año pasado se comenzó el 22 de febrero, este ya está abierto. De los 100 millones de euros, 70 están dedicados a los distritos y el resto a iniciativas que afectan a toda la ciudad.

En la presentación, celebrada en el Palacio de Cibeles, han participado el delegado de Coordinación Territorial y Asociaciones, Nacho Murgui, y el concejal socialista Ramón Silva. Los representantes del PP y Ciudadanos, Percival Manglano y Silvia Saavedra, también acudieron pero no participaron en el acto.

Pese a que la participación ha sido bastante discreta, con poco más de 5.000 propuestas, el equipo de Gobierno de Manuela Carmena considera que «están haciendo historia» en este ámbito. La regidora, que ha declarado que estos presupuestos son «un plus de democracia», aventura que la implicación de la ciudadanía aumentará en esta partida, porque así ha ocurrido en otros lugares.