El coste de las obras para peatonalizar parcialmente la Gran Vía de Madrid será de cinco millones de euros, de los que 800.000 se invertirán a lo largo de este año. El anuncio lo ha hecho este miércoles el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, que ha dado por sentado que el proyecto para reducir los carriles y ampliar las aceras se llevará a cabo con independencia del resultado sobre la consulta popular convocada al respecto.

Entre el 13 y el 19 de febrero los empadronados mayores de 16 años podrán pronunciarse sobre «detalles concretos» de la reforma de esta céntrica avenida, como si consideran que debe ganarse espacio para el peatón. Aunque en el Área de Participación Ciudadana aseguran que los resultados de este proceso serán «vinculantes», en el Ayuntamiento de la capital ya están trabajando con la idea de que las actuaciones para restringir el tráfico en esta arteria comenzarán durante este ejercicio sea cuál sea la opinión mayoritaria al respecto.

En concreto, se plantea la reducción de los tres carriles por sentido que actualmente hay en la Gran Vía a dos, de los cuales uno se reservará para el transporte público y el otro «para vehículos privados, fundamentalmente de carga y descarga». Asimismo, se «ampliarán las aceras», «se aumentará el número de pasos de peatones» y volverán a plantarse árboles.

El PP acusa al Gobierno de Manuela Carmena de organizar una «falsa consulta» sobre este proyecto de semipeatonalización con preguntas «tendenciosas y sesgadas». Según ha señalado el concejal José Luis Martínez-Almeida en la Comisión de Desarrollo Urbano Sostenible, Ahora Madrid ha rechazado la alternativa propuesta por su grupo para crear un túnel subterráneo entre Cibeles y la Plaza de España porque «quieren restringir el uso de los coches por Madrid por motivos puramente ideológicos».