Otro acierto de Enrique Cornejo. Otra producción teatral de las que tienen cuerda. Para rato. Por muchas razones, pero una rotunda, redonda, total: la magistral interpretación, hombro con hombro, esperpento tras esperpento, de Ramón Langa y Manu Badenes. Un auténtico no parar.

Son bastante más que los protagonistas: son el alma, la esencia, la estridencia templada, la versatilidad surrealista… la risa. Y dan vida a un clásico al que siempre se da la bienvenida cuando vuelve, más si lo hace de esta guisa. ¡Chapeau!

La “Cena de los Idiotas” llena el Muñoz Seca de los ecos más originales del género cómico, bebiendo de sus raíces, extrayendo lo mejor de su adaptación a la modernidad y la más palpitante y rabiosa actualidad. Es una obra a la que no le falta ni le sobra un compás. De la A a la Z. Con ritmo. Con sentido. Con intriga. Con locura.

Langa es ese torrente de voz que cautiva, atrapa y suelta dentelladas que dejan la huella de la carcajada. Badenes es la presencia histriónica, el inesperado paso, el disparate acumulativo. El teatro español tiene larga vida. Especialmente el bueno.