El característico sonido de las campanas que se escucha en las inmediaciones de las iglesias estará muy pronto legalmente protegido: el Gobierno regional de Cristina Cifuentes ultima un decreto que «blindará» los tañidos, de manera que no puedan ser objeto de multa por superar los niveles de ruido permitidos. La medida pretende evitar situaciones que rozan el absurdo, como las que se han dado en los últimos meses en diferentes localidades madrileñas, y también fuera de la Comunidad Autónoma.
El caso más conocido en la región ha sido el de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en Móstoles. Un templo del siglo XII, cuyo campanario es Bien de Interés Cultural, y que está amenazado desde octubre por el Ayuntamiento de aquella localidad con una posible sanción de hasta 16.000 euros por superar los decibelios permitidos en la normativa municipal.
Pero no es el único: la amenaza pendía también sobre otras iglesias mostoleñas, cuyo Ayuntamiento dirige el PSOE con Izquierda Unida. Y, hace apenas un mes, en enero, se suspendió el funcionamiento de las campanas en la histórica iglesia de San Nicolás, en Valencia (aunque diez días después se rectificó y suavizó la medida), medida que también llegó al campanario del convento de San José de la Montaña.
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