Madrid, Opinión

Peor que la violencia o por qué Mas está en el banquillo

Es sin duda, la burla. Y eso es lo que está haciendo de forma cobardemente calculada el separatismo catalán: burlarse, cachondearse, chotearse de todos los españoles con el comportamiento manipulado del populacho que han envenenado desde el poder autonómico y desde hace cinco años.

 

Después de tanto tiempo aguantando el Estado español y su humillada población las intemperancias rebeldes de la dirección institucional separatista, incluso las burlas respecto a todas las decisiones de la Justicia en todos sus niveles, resulta que, por fin, tiene que comparecer ante un tribunal el memo mesiánico Arturo Mas, el máximo responsable, como él mismo reconoce, de la situación preguerracivilista a que ha llevado a su Región catalana frente a España.

 

Comparecer ante un tribunal de justicia constituye un mal trago para cualquier persona normal y honrada, naturalmente temerosa del castigo que puede seguirse. Pues aquí, allí, sucede todo lo contrario, el compareciente está encantado de organizar su camino y llegada al juzgado acompañado de una multitud «catalano/alaridante», con el «visca» siempre en la boca, a base de fletar autobuses y conducir como borregos excitados a esos miles encargados de mostrarnos la exaltación y devoción anti-española y pro -Mas.

 

Para colmo del carácter burlón y despectivo de la puesta en escena de los dirigentes separatistas, encantados de comparecer ante una débil y no sé si cómplice justicia (todo lo que le piden al «mesías Mas» son diez años de inhabilitación política, que  maldito lo que le importa a este individuo, que ya se ha llevado de la política española todo lo que le ha dado la gana y lo que de verdad pudiera temer es la cárcel; pero de eso nada), el acusado se va al juzgado del bracete de las máximas autoridades de la Autonomía catalana; los siniestro/siniestra Presidentes de la Generalidad, Puigdemont, y del Parlamento, Forcadell, riéndose abiertamente del Estado español, esos Ejecutivo, Legislativo y Judicial españoles incapaces de meter mano a estos traidores.

 

Traidores y rebeldes comodísimos sin jugarse nada serio, protegidos por el ridículo paraguas de la no violencia con que se está confundiendo el legítimo uso de la fuerza del Estado. El mesianismo independentista de hoy es mucho mas permisivamente hábil y cobarde que el de sus históricos predecesores, justamente procesados en su momento, condenados a muerte y alguno ejecutado, porque estos de ahora, ante la debilidad ambigua del Estado, incapaz de imponer y hacer respetar la ley, están haciendo lo que les da la gana.

 

Es la primera y original rebelión de la historia -más que un golpe de Estado fulminante, un golpeo continuo de Estado- que va anunciando los pasos de su traición, sin afrontar ni sufrir represalia ni castigo proporcionado alguno al que están causando. Es por eso que mi indignación va más bien dirigida hacia los que consienten toda esta burla racista/separatista que hacia los consentidos traidores.

 

Visca, si, PERO ESPAÑA. Sométase de una vez, con la Constitución, la Ley y la Justicia en la mano, a estos cobardes oportunistas, amparados en la no violencia.

10 febrero, 2017

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