Estoy sorprendido con las reacciones ante el debate si los Robots tienen que pagar impuestos o no, principalmente por propuestas de personas como Bill Gates (co-fundador de Microsoft) que rotundamente indica que “The robot that takes your job should pay taxes” (el robot que elimina tu trabajo deberá pagar impuestos). Bajo esa teoría él podría reflexionar que con la entrada del ordenador personal por ejemplo las empresas no necesitaban tantos escribientes de máquinas de escribir y no eran necesarias ya las miles de Academias que ofertaban cursos de rapidez de escritura, pero con un razonamiento lógico se llegaría a la conclusión que el ordenador personal ha potenciado las capacidades de todo los empleados de las empresas y a nivel personal, ofreciendo grandes oportunidades a todos.

En agosto de 2016, yo escribía en Madridcode “¿Te imaginas que en 2018 tu jefe puede ser un Robot?” dónde indicaba que un robot (palabra acuñada en 1921, con origen checo que significa “labor”) es “una máquina o ingenio electrónico programable, capaz de manipular objetos y realizar operaciones antes reservadas solo a las personas. Y un humanoide será el robot que tiene forma o características del ser humano”. Según esta definición, ¿Bill Gates hace referencia a que los Humanoides paguen impuestos o a que cualquier ingenio electrónico programable, por ejemplo un chatbot que automatiza la atención al cliente?. ¿Cuántos teleoperadores están desapareciendo por los chatbots? Es más, hace no tantos años existían telefonistas que tenían que realizar manualmente la conmutación de las entradas adecuadas para establecer la conversación entre los dos usuarios deseados (se podía tardar 15 minutos en establecer la llamada o hasta dos horas en una llamada de costa a costa en los EEUU por la cantidad de operadores involucrados), la llegada de la Centralita Automática fue una gran innovación que eliminó el trabajo de esas telefonistas, pero con beneficios que no son necesarios explicar.

Tanto la Innovación (hacer algo diferente o algo nuevo) como la Transformación (hacer cambios en algo que ya existe: optimizar, mejorar…) implican cambios en la Sociedad y en las Empresas, pero busca beneficios ya sean facilitar la realización de actividades, proporcionar bienestar o hacer que las empresas sean más competitivas y puedan sobrevivir en un mercado global. No se puede obstaculizar y ralentizar el progreso que ofrece la robotización, porque va a permitir avances en todos los ámbitos desde fabricación, sanidad, defensa, automoción, hospedaje, electrónica, alimentación y bebidas, servicios… dado que los robots consiguen una mayor eficiencia y productividad, con una importante reducción de costes. Larry Summers, profesor de economía de la Universidad de Harvard, califica de “ilógica” la propuesta de Gates, argumentando que “el impuesto reduciría el tamaño de la tarta económica que luego se redistribuye” y que “no es nada fácil decidir sobre qué actividades se gravaría el impuesto”. Summers propone que a los innovadores que usen la Robótica para sus negocios no hay que gravarlos con impuestos, sino subsidiarlos para que puedan aplicar sus innovaciones para el progreso de la sociedad.  La recaudación impositiva vendrá asociada de las mayores rentas del capital de las empresas innovadoras, pero no de un impuesto sobre la robotización.

Afortunadamente recientemente el Parlamento Europeo ha rechazado una propuesta para establecer un impuesto sobre los robots, decisión aclamada por la industria de la robótica. La Federación Internacional de Robótica (IFR) cree que “la idea de introducir un impuesto a un robot tendría un impacto muy negativo en la competitividad y el empleo”. Totalmente de acuerdo, la automatización y el uso de robots, destruyen empleos pero también crean nuevos puestos de trabajo al aumentar la productividad, eso sí,  todos tenemos que pensar que al igual que se evoluciona tecnológicamente nosotros tenemos la obligación de evolucionar personalmente mediante la formación adecuada para ser útiles en un futuro cambiante, y los Gobiernos tienen la obligación de facilitar que sus ciudadanos prosperen, no mediante subsidios sino mediante la capacitación para empoderarles y hacerles libres y no dependientes.

Por lo tanto, rotundamente los Robots NO tienen que pagar impuestos.

Pedro Robledo

Experto en Business Process Management (BPM) y Transformación Digital

@pedrorobledobpm