Ni una semana ha tardado Manuela Carmena en cambiar de planes sobre el Área de Cultura del Ayuntamiento de Madrid o, al menos, en modificar su discurso público al respecto. Si en la rueda de prensa del miércoles pasado en la que se consumó la destitución de la hasta entonces responsable de esta Concejalía, Celia Mayer, la alcaldesa aseguró que «de momento» asumiría ella sus funciones mientras procedía a hacer una «reorganización», este martes ha dejado caer que finalmente serán «dos concejales» del Gobierno municipal los que cubran esta vacante.

La regidora ha soltado este titular ante un corrillo de periodistas a la salida de un acto en el Hotel Ritz, pero no ha profundizado en el desarrollo de la noticia. Previamente, en el transcurso de un desayuno organizado por Nueva Economía Fórum, sí había sido más concreta al negar que Luis Cueto, coordinador general de la Alcaldía, vaya a tener un papel importante en el cambio de rumbo del departamento lastrado por la crisis de los titiriteros y los errores en la aplicación de la Ley de Memoria Histórica.

«Todas las quinielas están equivocadas», ha asegurado Carmena respecto a la posibilidad de que su sobrino político y mano derecha vaya a asumir la gestión de Madrid Destino, la empresa pública encargada de la gestión de los espacios culturales, dirección en la que apuntaban la mayoría de los rumores. «Dentro de la estructura que estamos planteando como novedosa dentro del Área de Cultura no hay de entrada una ubicación de esas características», ha subrayado la primera edil.

Uno de los concejales que presumiblemente se ocupará de parte de las labores que hasta la semana pasada desempeñaba Mayer es Ignacio Murgui, delegado de Coordinación Territorial. La idea con la que estaría trabajando el núcleo duro de la ex jueza sería la de transferirle las competencias de deporte, incluidas también en el departamento descabezado, para que a su vez sean descentralizadas a través de los distritos.

Alejandro Entrambasaguas