Opinión

El “holandazo” o ¡el patio europeo está muy revuelto!

Imagen: Eldiario.es

 

Por si fueran pocas las crisis de toda índole que amenazan la supervivencia de la Unión Europea, más que puestas de manifiesto con motivo del 60 aniversario de su fundación -terrorismo, refugiados, abandono canalla del Reino Unido, diferencia de posibilidades entre los excesivos 27 miembros actuales, escondida con el «larguihuevis» de las «distintas velocidades»- ahora llegan unas autoridades holandesas y, en egoístas vísperas electorales temerosas del ultranacionalismo xenófobo, se permiten dar dos «puñaladas traperas», y casi simultaneas, a la OTAN y a la propia UE.

 

La primera, la de la OTAN, perpetrada gratuitamente contra Turquia, aliada en la misma OTAN, y consistente en negar/prohibir la celebración de mítines políticos de parte de autoridades otomanas a realizar en suelo holandés y dirigidos exclusivamente a la población turca residente en Holanda, con vistas a las elecciones legislativas que van a tener lugar en Turquía, lo que maldito les puede molestar o amenazar a los holandeses.

 

Puro e inoportuno racismo contra la Nación turca, puerta y paso ineludible de Europa a Asia y de Asia a Europa, militar y estratégicamente considerada por los EEUU uno de los principales miembros de la Alianza. Estúpida esta medida neerlandesa, tibiamente compartida por Alemania y en contraste, sin embargo, con la autorización de Francia para actos análogos en Metz. Vamos, un prodigio de unión esta Europea, que cada día lo es menos en todos los órdenes.

 

No contentos con tan tonto y absurdo proceder, nos viene el también holandés Presidente del Eurogrupo, nada menos, de apellido para nosotros impronunciable -Dijsselbloen- y se dedica a pronunciar palabras y frases contra sus menos afortunados económicamente vecinos y miembros de la UE del sur. Burdos y estigmatizantes comentarios sobre la crisis del Euro, achacándole a algunos Países miembros, entre ellos nuestra España, de «dilapidar el dinero en alcohol y mujeres» y encima la posterior negativa de Dijsselbloen a disculparse. Un completo imbécil racista, no solo hacia el exterior como en el episodio turco, sino también hacia el interior de la «tocada» y cansada UE.

 

Menos mal que el Presidente portugués ha sido lo contundente que aquí, en España, nunca nadie sabe ser, diciéndole al bocazas holandés que «Europa solo será creíble como proyecto común cuando Dijsselbloen deje de ser Presidente del Eurogrupo y se disculpe claramente ante los Paises ofendidos», que somos todos los latinos. En este clima de «holandazos» hablar de celebraciones en la UE parece una broma de mal gusto.

Manuel Monzón

28 marzo, 2017

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