Opinión

Cataluña: ¿qué tipo de broma es ésta?

Imagen: Periodista Digital

Según se desprende de la ultima encuesta sobre el independentismo catalán los partidarios del NO a esa hipotética independencia suman un 48,5% del total de la población, frente a un 44,3% que votaria SI a esa locura. La pregunta inmediata que se le ocurre a cualquier español normal es precisamente la que titula estas líneas: ¿Qué broma es esta que permite y tolera un proceso -process dicen ellos – en el que alaridan los menos y se abandona a la mayoría de la población, sin voz, sin actividad organizada, sin respaldo político abierto ni organización real que la proteja en su mayoritario derecho a ser españoles y proclamarlo así?

Ha llegado un momento en que la pasividad resulta intolerable ni un minuto mas en esta especie de «patio de colegio de primaria» en que han convertido a Catalunya. Este triste y memo espectáculo cada vez se parece mas a un grupo de niños, rebelde y enloquecido -los separatistas con las Instituciones autonómicas a la cabeza – y otro grupo  de adultos atontados – el Gobierno y las Instituciones del Estado -sin que se corra riesgo real de nada, porque ni los «niñatos rebeldes de boquilla» suponen más peligro  que el de la rabieta desobediente, ni los «adultos atontados» aciertan con su sometimiento.

O sea, y sin dramatizar, un absurdo permanente e irrealizable pero ofensivo e insultante. Es decir, eternamente molesto. Ese separatismo infantiloide basa su enloquecido y continuo berrear en que hay que tolerárselo porque nunca recurirán a la violencia para conseguir su objetivo independentista. Al tiempo los «adultos atontados» basan su indignante pasividad en lo mismo, en que no les van a obligar/forzar y que todo es tan solo eso: una molestia ofensiva e insultante que ¿hay que soportar como libertad de expresión?.

Algo asi como lo que afirmara en 1932, cuando la II República concedió el Statut a Catalunya y los nacionalistas/separatistas se mostraron encantados por lo que afirmaban era haber alcanzado la solución al problema catalán, nada menos que Don Jose Ortega y Gaset, el primer intelectual español del siglo XX. Pidió la palabra en el Congreso para responder al entusiasmo del señor Cambo y compañía y dijo: «Señorias, no hemos solucionado nada; a lo único que podemos aspirar con respecto al problema catalán es a llevarlo con paciencia».

Es decir, todo cuanto rodea a esta cuestión es una gigantesca mentira irrealizable, pero que hemos de aguantársela/soportársela en lo que tiene de desahogo mesiánico de quienes se han creído las tonterías que dicen. Sin embargo, esa realidad no justifica el abandono y la condena al silencio de la mayoría de los ciudadanos de Catalunya a que sean ellos los «sin derecho al desahogo» porque nadie les protege, no ya del efectivamente inexistente sin violencia riesgo independentista, sino de ser molestados continua y permanentemente en este patio de colegio estúpido.

Asi las cosas, ¿del referéndum de Mayo que? Pues que si final y ridículamente tiene lugar habrá resultado una farsa ilegal y no vinculante, como la memez del 9N de 2015. ¿No valdría la pena que esta vez lo impidieran las Fuerzas de Seguridad del Estado, lo que pueden hacer con toda facilidad y sin violencia, aunque sólo sea para que no insistan en el desahogo/molestia/rebeldía de estos pesados niñatos que nunca se atreverán a proclamar unilateralmente la independencia y acabar como acabaron los que lo hicieron en Octubre de 1934?

                      Manuel Monzon

30 marzo, 2017

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