El portavoz adjunto del PP en el Ayuntamiento de Madrid, Íñigo Henríquez de Luna, será la cabeza visible del partido en el Pleno municipal que se celebra hoy. La dimisión de Esperanza Aguirre deja en el aire el futuro del grupo, muy marcado por la personalidad de la ya ex líder.

Desde la nueva dirección de los populares de Madrid anunciaban ayer que el jueves por la tarde se celebrará un Comité Ejecutivo para analizar la situación. Previamente, Cristina Cifuentes mantendrá una reunión con los concejales.

Sin embargo, en el entorno de la nueva presidenta del PP en la región aseguran que la elección del sucesor de Aguirre en la Portavocía del Ayuntamiento de Madrid «está abierta», que no se interferirá en ella desde Génova y que serán los propios concejales los que podrán votar a su candidato en la reunión que se convocará a tal efecto a final de esta semana o la próxima. Se baraja la opción de que además del hasta ahora número dos, también opte al puesto al menos José Luis Martínez-Almeida. Ambos tienen un fuerte «respaldo» dentro del grupo y «posibilidades similares» de ser elegidos, aunque no se descarta que pueda haber más personas que quieran dar un paso adelante.

Con la salida de Esperanza Aguirre el PP de Madrid y el nacional se quita de en medio un quebradero de cabeza. Hace tan sólo un mes, el 18 de marzo, Cristina Cifuentes asumía la Presidencia del PP de Madrid y daba la extremaunción al aguirrismo. El poder político quedaba guardado en el armario.

Otra cosa, era dar por acabada a Esperanza Aguirre. Los días pasaron y este diario publicó la supuesta financiación ilegal del PP de Madrid en las campañas electorales durante la época en la que la ‘lideresa’ había estado al frente. No hubo reacciones reseñables en su entorno.

En Génova, tanto en la última planta, donde está el despacho del presidente, como en la primera, en la que está el regional, nadie se atrevía a ponerle el cascabel al gato. En el horizonte aparecía como un conflicto la nominación de candidatos para las elecciones autonómicas de mayo 2019. En el equipo de Cristina Cifuentes tenían claro que ellos no lo iban a hacer, ya que la designación de candidatos para la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital le corresponde a la Dirección Nacional. Tenían claro que si Aguirre, finalmente, mostraba su predisposición a quitarse la espina del fiasco electoral de 2015 habría conflicto.

Pese a no tener apoyo político, no obviaban la realidad, que la personalidad política de la ex presidenta era lo suficientemente fuerte como para armar una hoguera de proporciones incalculables.