Opinión

Una interpretación para la Iglesia: Fátima

No cabe duda de que lo mas importantes,extraordinario, acogedor y a la vez sobrecogedor de nuestra Religión Católica es Dios nuestro Señor único en esencia, Padre, Hijo y Espíritu Santo. El Padre invisible y todopoderoso, fuente y creador de TODO; el Hijo, Jesucristo, que vino en carne humana para convencernos de la buena nueva, nada menos, de la vida eterna, certificada con su resurrección, que sigue vivo y que señorea la Historia; y el Espíritu Santo cuidadoso y continuo interlocutor de nuestras  almas. ¿Y después de El, Ellos? Pues nada menos que la Virgen María, nuestra Madre.

Con respecto a Fátima, comenzaré diciendo que el Secretario de Estado actual, Cardenal Parolin, ha tenido mucha razón al afirmar, antes del viaje canonizador del  Sumo Pontífice a la santa Gruta, al afirmar que no se debe especular sobre el contenido e interpretación de las visiones de Fátima, escritas por Sor Lucia dos Santos, en proceso de beatificación actual tras su muerte  en 1996, y reveladas por ella misma las dos primeras y por el Cardenal Ratzinger, hoy el Papa emérito Benedicto XVI, la tercera muchos años después.

Como se sabe el primero de esos secretos visionados fue una visión espantosa del infierno como un gran mar de fuego y almas condenadas junto a los demonios. El segundo se interpretó en su momento como la predicción del comienzo de la II Guerra mundial, tras el fin de la primera, porque si no se conseguía el retorno de Rusia y su conversión a Cristo se extenderían las guerras y la persecución de la Iglesia. El tercero fue descrito como un ángel pidiendo penitencia junto al Papa, los obispos y clérigos trepando por una montaña y siendo abatidos en su cima por balas y flechas.

Está claro que los tres mensajes precisan el magisterio de la Iglesia para su interpretación para saber el objetivo real de estas apariciones y visiones. Pero, dicho esto obedientemente, es preciso arrodillarse, derramando lagrimas de emoción, ante el Ser mas entrañable de nuestra Religión Católica, La Santísima Virgen María, en sus innumerables advocaciones universalmente repartidas, como mensaje de amor. Interlocutora de Dios con sus hijos, valedora y defensora de nuestra miseria y profesora de humildad, eligiendo a esos tres humildísimos pastorcillos y consiguiendo su difusión mundial.

La visión infernal, tan necesaria para  tanto incrédulo ensoberbecido que, sin poder entender nada para que tenga merito la libertad, se revuelcan en su ignorancia y su negación del castigo para los peores. La visión de la II guerra mundial y la vuelta necesaria de Rusia al seno de la Cristiandad tras la debacle comunista/soviética, ya sucedidas, hasta el punto de que puede que vaya a ser Putin el que evite la III guerra mundial. Y la visión de todos los estamentos de la Iglesia (Papa,Obispos y clérigos) trepando por una montaña y abatidos en su cima por balas y flechas, es lo desgraciadamente esta viviendo el cristianismo actual, atacado, vilipendiado, despreciado……

Santísima Madre, gran esperanza de paso a Su compañía,a la que rezamos a diario en el Ave María, cuando decimos «ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte», a lo que yo añado, antes del final, «mi muerte y tu mano, no me dejes solo en el momento final del transito». El mensaje de humildad y paz necesaria para la supervivencia del planeta pone de manifiesto su cariño y poder mediador.

Y recuerden amigos que no pudo ser por casualidad, a la hora de recordar la imagen de Papa, Obispos y clérigos abatidos por las balas, que el atentado contra la vida del Papa San Juan Pablo II el 13 de mayo de 1981, del que milagrosamente salió con vida, sucediera precisamente el mismo día de la primera aparición en 1917, como reconoció el propio Papa santo ya desaparecido, ofreciendo  a María en Fátima la bala que estuvo a punto de costarle la vida y quedo insertada en su corona.

Manuel Monzón, pobre adorador necesitadísimo de mi Madre Maria

16 mayo, 2017

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