Opinión

La era de los ciberataques: una reflexión ética

Imagen: ABC

 

Es terrible que la humanidad no se esté dando cuenta de como la están llevando los poderes ocultos y cuatro supergobernantes tan incompetentes como mediocres al desastre de la guerra, la catástrofe que puede ser una tercera guerra mundial. Es descarado como nos la están preparando, preparación de la que el último capítulo es el de los ciberataques. El despeñamiento de la humanidad en este mundo digitalizado, cuyo manejo desconoce o practica mal la mayoría, e incontrolado nos ha llevado a una situación de inseguridad nunca vista antes, no sólo por la disponibilidad y «ganas de uso» de armamento superdestructor, convencional y nuclear, sino, sobre todo, por la falta de control de la información.

Naturalmente no me refiero a a la información pública y mediática, aunque también va poniendo esta su «granazo de arena» para llegar al punto a que hemos llegado. Es a la información clasificada, reservada y secreta a la que me refiero y en cuyo control y disponibilidad han basado siempre, los Estados, las organizaciones supraestatales y la Comunidad Internacional, en suma, nada menos que la SEGURIDAD.

A base de filtraciones de todos los órdenes y en todos los sentidos, la información necesariamente secreta o reservada ha volado por los aires, de la mano nefasta de las mal llamadas redes sociales, que con agresividad, grosería, hostilidad, insultos, calumnias y desahogo populachero, más debieran denominarse «asociales», en las que millones y millones de personas se sienten con derecho a todo y a tener acceso a todo también. Así, la indispensable jerarquía, machacada por el igualitarismo, está desapareciendo.

Y con ella se diluyen los Estados y organizaciones supranacionales de todo tipo, porque se están quedando sin nada en que basar su autoridad, que era precisamente la que no estaba a la vista, ni se permitía que lo estuviera, ni convenía que lo estuviera en ningún caso. Era la reserva informativa la que permitía el honrado manejo de las multitudes, en su defensa y seguridad; imposible de conseguir con la manía plebiscitaria, que ha deshecho el respeto por la democracia representativa.

Y estamos viendo, con la única excepción correcta y globalista de Vladimir Putin, todos, incluidos los mas importantes gobernantes del mundo, modelo Trump, hacen lo que pueden para autocargarse la seguridad, la suya y la de todos, manejando la información de mayor riesgo, por ello clasificada como reservada o secreta, de un modo insensato, provocando un igualitarismo de conocimientos que sólo puede conducir al enfrentamiento irresponsable y violento, como ya ha llegado a concretarse a través del desahogo en las redes asociales con la confrontación verbal continua y masiva.

Hasta el último desgraciado se cree así con el mismo nivel decisorio que los más altos rectores y gobernantes. Porque saben o creen saber lo mismo. Los Partidos políticos, españoles y otros muchos, siguiendo la insensata línea «sanchista» se han dejado desorganizar, sustituyendo sus instituciones representativas por la adulada militancia plebiscitaria e irresponsable, a la que le encanta que «le den coba», modelo Sánchez otra vez, en lugar de ser conducidos inteligentemente en la mejor dirección. Francia ha sabido evitar una catástrofe plebiscitaria; nuestro PSOE, nuestra España y me temo que nuestro mundo entero, dudo que lo sepan.

                                                  Manuel Monzón (durante años oficial  de Inteligencia)

17 mayo, 2017

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