«Las tres personas [los ediles Carlos Sánchez Mato y Celia Mayer y la ex consejera delegada de Madrid Destino, Ana Varela] que tomaron esa decisión [denunciar el contrato del open de tenis ante la Fiscalía Anticorrupción] han asumido que no lo hicieron bien y que fue un error. Las consecuencias por no haber tenido la procedencia oportuna es que ya no están en el consejo de Madrid Destino». Con estas palabras se ha expresado la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, para explicar ante la oposición en la comisión de Cultura y Deportes como es posible que pusieran la denuncia sin conocimiento de la empresa.

«Me ha parecido incorrecto que yo no lo supiera, pero una vez que he tenido conocimiento no me parece tan grave. Lo que me parece grave es esa identificación entre política y corrupción», ha tratado de justificar la regidora ante las críticas en bloque de la oposición. La alcaldesa ha asegurado que, según su experiencia como jueza, «no hay base para que se haya producido delito», no obstante, ha indicado que se queda «más tranquila» si el contrato «lo ve la Fiscalía» aunque le «hubiera gustado saberlo».

La opacidad de este procedimiento ha sido el foco de las mayores críticas de los ediles de Cultura, que también son consejeros de la empresa pública de Madrid Destino y que no tuvieron conocimiento de ninguna de las actuaciones de Mayer, Mato y Varela. «En el caso del Open no hay vocación pública, hay egos del tamaño de la Catedral de la Almudena», ha censurado la concejal socialista Mar Espinar. «Ser consejero de administración de cualquier empresa pública es una profesión de alto riesgo. Vivo en un ambiente constante de incertidumbre y de falta de transparencia», ha considerado a su vez la edil de Ciudadanos Sofía Miranda. «Usted con su falta de transparencia sigue alimentando el malentendido. ¿Por qué no ha cesado a los concejales? ¿Por qué les defiende si su entorno intentó obstaculizar la denuncia?», ha cuestionado a su vez la portavoz popular Isabel Rosell.