Opinión

¿Por qué se tolera la humillación de la cruz cristiana?

  

Es el símbolo máximo de nuestra civilización, frente a la Media Luna, en los países donde  reina lo que esta simboliza -el Islam -, mientras que nosotros cristianos no humillamos para nada esa Media Luna y, sin embargo, nos «tragamos» continuamente que en nuestros países se ofenda a nuestra Cruz por acción, vergüenza u omisión. Constituye esto uno de los muchos «trágalas» insoportables en las que el pueblo cristiano está siendo victima por la tibieza o interés  que le dirigen en todos los órdenes, ya sean políticos, comerciantes o deportistas, o todos al mismo tiempo.

Los admirados clubes de fútbol más famosos del planeta – Barcelona y Real Madrid -han desmontado  voluntarimente, o por insinuación/sugerencia, la cruz de sus escudos para no molestar a zonas del mundo, individuos o entidades financieras o empresariales que, pertenecientes al Islam, no desean que se les ofenda con la presencia de la Cruz, tanto en los equipos deportivos que se venden como en los propios equipos que juegan o son vistos por esas latitudes.

Pero es que las cosas han llegado al extremo de que un clérigo musulman, Mohamed Aleref, ha pedido a la FIFA que prohíba no solo las señales y símbolos cristianos en espectáculos deportivos que puedan ser seguidos por musulmanes, sino que se ha atrevido a solicitar que los propios jugadores, cuando festejen un gol u otra satisfacción deportiva, como una gran parada etc etc, lo celebren haciendo el signo de la Cruz. Parece un tema menor pero realmente se trata de ridículo tolerante en defensa de la simbología de nuestra religión.

Nosotros cristianos sí tenemos que tragar cualquier cosa y hemos de aguantar, por ejemplo, como los jugadores de la Selección de Arabia Saudita, en su reciente partido con Australia, pocos días después del último atentado de Londres, se negaran a respetar  el minuto de silencio por las víctimas arrolladas o acuchilladas, lo que parece indicar que están de acuerdo con quiénes lo perpetraron.

Todo ello por no hablar de las vestimentas femeninas en relación con iglesias y mezquitas. Mientras que en la vida normal y diaria aceptamos que la población musulmana femenina residente entre nosotros vistan sus ropas y prendas de ocultación respetuosa, sin atención ninguna por la civilización cristiana en la que viven – la cristiana – y la furia contra las féminas cristianas si se les ocurre entrar a alguna institución islámica o islamista sin cubrirse. Y al tiempo nosotros toleramos alegremente que nuestras mujeres acudan a nuestras iglesias cada vez con menos ropa y el respeto que ello significa.

Esta claro el declive de nuestra Cruz frente a la Media Luna.

Manuel Monzón

16 junio, 2017

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