Opinión

El ridículo y el 155

Imagen: Libertad Digital

Ha hecho muy bien el G0bierno de la Nación/Estado/España en preguntarle, con cierto cachondeo, al inefable Presidente de la Generalitat de Cataluña, ¿señor? Puigdemon si en realidad ha declarado/proclamado la independencia de la españolísima Región catalana…. o no, porque el esperado/temido discurso del personaje no pudo terminar de manera más ambigua, cobarde y ridícula. Dijo textualmente que «confirmaba el derecho de Cataluña a constituirse en un  Estado independiente «lo que no se parece en nada a la afirmación de «Cataluña se constituye a partir de este momento en Estado/República  independiente». Y, a continuación, para mayor confusión de partidarios y adversarios, pidió al Parlamento «suspender los efectos de la independencia que no hemos proclamado para dialogar». En fin «donde dije digo digo Diego». O sea, nada.

Semejante actitud no merecería más que el desprecio hacia la cobardía del hasta ahora ensoberbecido líder rebelde y la sonrisa por el ridículo que ha hecho. Pero es que las cosas no pueden quedar así, con unas autoridades autonómicas que se han comportado durante años como rebeldes sediciosos y traidores, aunque al final su líder «se lo haya hecho en los pantalones». Que tan clara fue la no proclamación de independencia que el nefasto Pablo Iglesias, que tampoco tiene muchas salidas en su comportamiento cómplice para la destrucción de la Patria, se apresuró a felicitar a Puigdemon por ello, aunque también en defensa propia tras ser abucheado en el aeropuerto del Prat el sábado 7 y, quién sabe, si estar a punto de ser linchado.

Y para que toda esta panda de los Puigdemon, Forcadell, Junqueras y demás entusiastas de la independencia no continúe en el Poder autonómico catalán no hay más que dos caminos:  o convocar elecciones autonómicas o aplicar el Articulo 155 famoso. Lo primero entiendo que no debe hacerse en momentos tan emocionalmente extremos en la totalidad de la población catalana pues los resultados, sean los que fueren, vendrían falseados por el trastorno emocional. Entonces está claro que es la aplicación del 155 la única manera que permite la expulsión de sus cargos y despachos, una vez suspendida la Autonomía, de pretraidores y presediciosos sin el atrevimiento de consumarse como tales.

Es de suponer que tras tal aplicación estos «pollos» que tanto han alardeado y alardean de pacifistas se irán también pacíficamente de sus despachos y sillones y si se atrevieran a no hacerlo o dar el espectáculo de resistencia pasiva,  habría  llegado el gran momento de la Guardia Civil, expulsándolos empleando los medios proporcionales y necesarios. O sea, y en resumen, queridos amigos, una tormenta en un vaso de agua – eso sí, soportada durante tanto tiempo – que sólo debe terminar con el desprecio y la risa de todos lo españoles y, por supuesto, el cese en su actividad gubernativa autonómica de estos independentistas frustrados.

Todo ello no quiere decir que el tema haya terminado sino todo lo contrario. Ahora será el Estado, con sus Autoridades y después de las siguientes elecciones autonómicas con los que salgan elegidos en ellas, el que debe retomar   el problema y su dirección, evitando que se continúe haciendo posible  el envenenamiento independentista, recuperando y centralizando esa competencia educativa estúpidamente tolerada como transferida a las Comunidades Autónomas (cuando en realidad lo que se transfirió fue la gestión administrativa de ese competencia educativa y nunca su contenido) y garantizando una educación en todos los niveles exactamente igual y única para todos los españoles. Igual que en el terreno sanitario y recordando que hay siete competencias de titularidad estatal intransferibles: los Asuntos Exteriores, la Defensa, la Energía, los Transportes, las Comunicaciones, la Educación y la Sanidad. Con el daño que se ha hecho en estos dos últimos terrenos va a quedar mucho, muchísimo, por hacer, pero España se ha salvado ………… y ¡ Viva España!

Manuel Monzón

12 octubre, 2017

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *