Empresa, Tecnología

¡Usemos la Tecnología para desvelar la Posverdad!

 Es importante hacer pedagogía de realismo y terminar con las falacias y las informaciones falsas o sesgadas, si queremos construir un mundo que merezca la pena. Todos somos responsables, los que manipulan y los que nos dejamos manipular. Lenin decía que «hay que repetir las mentiras continuamente hasta que la gente se crea que son verdades«, y como la justicia va tan lenta, vemos diariamente que los mantras falsos de los manipuladores se asientan en la sociedad como verdaderos.

Se ha popularizado el término “posverdad” (traducción de la palabra inglesa ‘post-truth’) que entrará como neologismo en la próxima actualización del Diccionario de la Lengua Española (prevista para diciembre de 2017), y lo hará entendida como toda información o aseveración que no se basa en hechos objetivos, sino que apela a las emociones, creencias o deseos del público.

La posverdad no es un combustible idóneo solo de los populistas, también es utilizado por políticos no populistas, o periodistas parciales para sesgar la información buscando la reacción de la gente hacia sus intereses. Si nos fijamos en las últimas campañas electorales en EE.UU. o en Reino Unido (BREXIT) se pudo percibir el uso de un lenguaje nada sincero ni racional, totalmente cínico e instrumental.Costumbre habitual por los populismos de izquierda y extrema derecha en media Europa. Y en España es continua la aparición de la posverdad en las cadenas de televisión, los periódicos, las redes sociales, el Congreso de los Diputados… Por ejemplo, voy a mencionar dos casos en relación a los acontecimientos que están sucediendo en Cataluña:

1) el video catalán “Help Catalonia. Save Europe”(obra de laorganización independentistaÒmnium Cultural)que tiene como objetivo engañar a Europa de forma descarada mediante propaganda política cargada de cinismo, mentiras, ficción y una realidad completamente distorsionada.

2) ABC denuncia con su artículo “«The Economist» y los estragos de la posverdad”el último número de la revista The Economist, que publica en portada, “Stand off. How to save Spain” (Apártense. Cómo salvar a España) y en el interior, “Outrage in Catalonia. The government mishandles Catalan defiance”(Indignación en Cataluña. El Gobierno maneja mal el desafío catalán), indicando que esta revista con reputación se hadejado influir por la propaganda política de la Generalitat.

La tecnología puede permitir desvelar las malas prácticas de las falsedades o medias verdades que se lanzan continuamente en los medios de comunicación, tanto por políticos, periodistas, tertulianos o los departamentos de comunicación de cualquier organización pública o privada. Identificar en tiempo real informaciones falsas pueden alertar al ciudadano y mitigar al que abusa para que no tenga rédito. Incluso puede ahorrar mucho dinero, ya que hay rumores falsos que han hundido la Bolsa (en 2008las acciones de Apple se hundieron por una noticia falsa sobre un ataque al corazón de Steve Jobs; y en 2013, Wall Street entró en pánico al difundirse que la Casa Blanca había sido atacada y Barack Obama estaba herido).

La potencia de la tecnología debería utilizarse para aceptar solo verdades contrastables (hechos objetivos) y proporcionar conocimiento respaldado.De la misma forma que teniendo instalado un antivirus en un ordenador, al intentar una página nos muestra una advertencia de posible página infectada, sería estupendo disponer de una advertencia cuando alguna persona enuncia un pensamiento dudoso o falso. Me imagino un telediario que muestra el testimonio de un político con un semáforo en rojo con un rotulo que indica «pensamiento sesgado: según el informe xxxx el dato real es…» o «XXX está mintiendo al contrastarlo con ….». O en amarillo, indicando “sospechosamente dudoso de veracidad”. La aplicación de las tecnologías de Inteligencia Artificial, la correlación de eventos y BigData pueden ayudar a construir esa “Máquina de la Verdad” de las Noticias. O que Twitter o Facebook se apoyen en la tecnología para desvelar mensajes en sus redes sociales calificándolos como de posverdad apoyándose de un argumentario de hechos objetivos que lo constate.Algunos dirán que se puede manipular el análisis, es cierto, pero para eso están los códigos éticos de las empresas y las Leyes para velar por ello.

¿Qué implicaría? La no manipulación para los propios intereses, y concienciarnos que conociendo la realidad todos remamos en el mismo barco y todos tenemos la misma oportunidad.Alguien puede decir que esto va contra la libertad de expresión, totalmente en desacuerdo. Todo el mundo puede expresar lo que quiera, pero su responsabilidad será lo que dice y cómo lo dice.

Es el año de la posverdad, y preocupa. Así esta semana se está debatiendo por profesionales de la comunicación en la Universidad León en laXXIX edición de las Jornadas Formativas de AUGAC bajo el lema “La comunicación en la época de la posverdad. ¿Manipulación, falta de credibilidad o normalización de la mentira?”. Y también, en la Universidad de Navarra que celebra un congreso internacional bajo el lema “Verdad: expectativas cumplidas y defraudadas”, sobre la posverdad y los costes de la mentira en la esfera pública.

Es nuestra responsabilidad detectar los bulos y rumores antes de que se popularicen con consecuencias económicas y sociales.

Pedro Robledo

Ingeniero Informático, consultor experto en Business Process Management (BPM) y Transformación Digital

@pedrorobledobpm

 

21 octubre, 2017

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *