Opinión

Crisis catalana: cada vez estamos peor

He dejado unos días sin escribir nada sobre la crisis catalana con la esperanza de una evolución positiva, tras la puesta en marcha del manoseado artículo 155 de la moribunda Constitución del 78. Ha sido inútil. Cada vez está peor. La convocatoria  de elecciones autonómicas  en momento de máxima tensión por el «gobierno   gestor y sustituto», que es el mismo  del Estado que al parecer no cuenta con personas capaces de ocupar y gobernar desde los mismos locales institucionales, constituye un error mayúsculo, sabiendo como sabe todo el mundo que van a ser consideradas por todos los votantes, independentistas y no independentistas,  como un plebiscito, como ese maldito «referéndum pactado» que reclaman los dirigentes de la rebelión, encarcelados, huidos o libres, Y QUE VAN A GANAR LOS SEPARATISTAS.

Y si tal sucede o como mínimo se confirma la fractura y división de los catalanes en dos mitades parecidas en número, ¿ qué va a hacer el Estado contra un «process» que evidentemente continuará con la presión multitudinaria en la calle con más fuerza aún y con sus candidatos electos «mártires de la represión de España». Pues NADA, lo mismo que han hecho,  o mejor, dejado de hacer estos últimos años; sólo contemplas pasivamente el empeoramiento que producirá el que esas elecciones SI habrán tenido lugar dentro de la tantas veces cacareada legalidad.

¿Cabe mayor ridículo para un Estado que llegar a ver y tolerar, como bien puede suceder, que vuelva a ser President de la Generalitat  y en la sombra President de la «República catalana independiente» el propio Puigdemont, por la vía legal y legítima de esas elecciones estúpidamente convocadas, como «panacea universal, por Rajoy ?  ¡Ahí es/será nada!, el President y líder de la rebelión/revolución independentista repuesto en el Poder del que se le ha cesado por el camino legal puesto a su disposición, y encima con la aureola de héroe y mártir de la «represión franquista» del Gobierno. De risa, si no fuera para llorar.

El Gobierno de Rajoy ni siquiera ha sabido aclarar a los españoles, tras la aplicación del 155 (¿para qué , Señor ?) y aclararse él mismo varias cuestiones cruciales: si los cesados y disueltos  miembros culpables de Govern y Parlament han aceptado tal condición de cesantía; si ambas Instituciones rebeldes, conjuntamente, llegaron de verdad a proclamar la independencia, y si los Mossos ofrecen alguna garantía de obediencia a las Leyes del Estado, después de aquella su canalla actitud omisa y cómplice con el movimiento independentista que hizo posible el referéndum farsa del 1 0, con la mera sustitución del Inspector Jefe Trapero por su segundo, Ferrán López.

Y es en ese ambiente de ambigüedad, confusión y desobediencia rebelde en el que nos quieren hacer tragar que las elecciones falsamente autonómicas van a ser la solución de nada que no sea el refuerzo del independentismo. Para colmo y aunque sea verbalmente el Gobierno deja sola a la jueza Lamela, que ha sido la primer miembro de uno de los Poderes del Estado – el Judicial – que ha tenido los redaños de investigar,acusar y encerrar a todos los dirigentes de la rebelión no escapados estrafalariamente a Bélgica, Ni una palabra laudatoria y solidaria del Gobierno.

Se pongan como se pongan y digan lo qu digan del tratamiento político prudente, el movimiento independentista es una rebelión/revolución en toda regla, aún con su pretensión «demopacifica»,  QUE DEBE SER  REPRIMIDA Y SOFOCADA POR LA FUERZA LEGITIMA DEL ESTADO, recuperando  con su presencia, si llega a ser preciso con su acción, el control y dominio no sólo de las Instituciones Autonómicas sino, sobre todo, del territorio, ciudades, pueblos y la población que los habita. Todo lo demás no hará sino eternizar esta historia confusa de que Cataluña  se vea obligada a dejar de ser España por una minoría independentista perfectamente organizada y fanatizada.

Manuel Monzon

10 noviembre, 2017

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