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«La Junta de Gobierno saliente del ICAM no ha estado con los jóvenes»

Es el presidente de la Agrupación de Jóvenes Abogados (AJA) y ha jugado la carta, en las elecciones al Colegio de Abogados de Madrid, del favorito José María Alonso. Alberto Cabello es tremendamente crítico con la gestión de la todavía decana Sonia Gumpert y no esperaría mucho más de su delfín, designado por el dedo de quien le apoya de manera manifiesta (y según numerosos colegiados, impresentable), en la carrera a los comicios del 13 de diciembre: Javier Íscar. Cree que con éste los abogados madrileños no tendrían, simplemente, el representante que merecen.

¿Qué encuentran los jóvenes en la candidatura de José María Alonso que no encuentran en otras?

Preocupación por ellos. Así de sencillo.

José María Alonso es el único candidato que se dirigió a nosotros por iniciativa propia. Con el resto de candidatos tuvimos que solicitar una reunión, después de las cuales consideramos escasa su oferta respecto a la abogacía joven madrileña.

José María Alonso se reunió con nosotros en varias ocasiones, revisó nuestras propuestas y finalmente, decidió trasladarlas íntegramente a su programa.

Además, decidió contar con dos compañeros jóvenes especialmente activos en la defensa de la abogacía joven. No solo da voz a los abogados jóvenes; también les da voto.

Esto es importante. Hasta ahora se ha tenido a la “abogacía joven” como un buen recurso para eslóganes electorales, pero a la hora de la verdad, cuando se ha gobernado, siempre se le ha privado de la importancia que se le daba durante el periodo electoral.

Se ha anunciado por parte de Alonso que AJA va a tener voz y voto en la Junta de Gobierno… ¿cómo se va a concretar?

La propuesta indica una doble vía.

De un lado,  mediante el respeto de los propios Estatutos del ICAM, cuyo artículo 22 establece queel presidente de AJA podrá asistir a las Juntas de Gobierno, excepto cuando se trate de materias de honorarios o deontología.

La Junta de Gobierno saliente, con Sonia Gumpert a la cabeza, ha hecho de la excepción la norma y ha desatendido todas y cada una de las peticiones cursadas por el AJA mediante una fundamentación jurídica insuficiente y, ciertamente, cuestionable. Ha dado la impresión de que la Junta de Gobierno saliente no quiere saber nada de AJA. Por eso, tampoco nos extraña que integrantes de la Junta saliente, ahora en la candidatura de Javier Íscar,  hayan bloqueado a miembros de AJA en Twitter después de haber sido críticos con su gestión.

Segundo, mediante la representación de AJA en la propia candidatura.

La candidatura de Jose María Alonso cuenta con dos personas con un excepcional compromiso hacia la abogacía joven: Juan Gonzalo Ospina -mi antecesor en la presidencia de AJA- y Esther Montalvá -actual miembro del Comité de Dirección de AJA-. Estamos seguros de que ambos aportarán una visión única en favor de la abogacía joven en caso de que esta candidatura acceda  a la Junta de Gobierno ICAM.

¿Qué descripción harías de la situación general de los jóvenes abogados?

Desolación. El paro en los jóvenes ha disminuido a base de generar empleo precario, una práctica en absoluto ajena al sector de la abogacía. Hay despachos que pueden ofrecer condiciones dignas, pero se aprovechan de la ilusión por aprender de los recién colegiados o de la desesperación de muchos compañeros. El Colegio tendría que dejar de dar visibilidad desde el ICAM a esos despachos e instaurar un sello de calidad que, de alguna forma, premie las buenas prácticas de los despachos que sí las tienen implementadas.

Del mismo modo, creemos que las promesas electorales de Sonia Gumpert hacia la abogacía joven, así como su posterior ejecución, no han sido ni adecuadas, ni mucho menos suficientes. Los abogados jóvenes merecemos una mejor bolsa de trabajo y una mejor orientación profesional en el inicio de nuestra profesión. Ni las ferias de trabajo ni la Sección de Iniciación han conseguido, a nuestro entender, colmar las expectativas y necesidades de los compañeros. No decimos que se hayan hecho las cosas mal, pero estamos firmemente convencidos de que se pueden hacer mucho mejor.

Los jóvenes esperan un Colegio que les cobije. La precariedad laboral, el acceso a la formación y la seguridad de que el Colegio responderá por ellos cuando se le necesite es lo que realmente preocupa al abogado joven.

El colectivo necesita una formación continua a un precio asequible, de método práctico y con la mayor calidad posible. Les urge apoyo para encontrar un trabajo con condiciones acordes con su cualificación técnica, sin precariedad ni “falsos autónomos”, y por supuesto, que la bolsa de empleo de su colegio deje de ser el escaparate de esos despachos y empresas que ofertan papel mojado. Además, los recién colegiados necesitan un servicio profesionalizado de orientación, atención y apoyo continuo para su desarrollo como abogados, por lo que estamos firmemente convencidos de que las cosas se pueden hacer mucho mejor.

Más allá del colectivo al que representas, entendemos que hay otros aspectos de la candidatura de Alonso que os han influido para respaldar públicamente esa lista

Así es. Antes de tomar ninguna decisión, la Junta Directiva valoró todos los programas y el de cada candidatura. Descubrimos algunas personas tremendamente válidas en todas ellas. Sin embargo, el gobierno del ICAM no es solo una cuestión de personas. Tampoco es solamente una cuestión de si estas personas se han parado o no a pensar en lo que necesita la abogacía joven madrileña. Es una cuestión de proyecto en su conjunto, de programa electoral, de lo que representa cada una de esas personas y puede aportar a la abogacía joven madrileña.

La candidatura encabezada por José María Alonso aúna perfiles y representantes de todos los sectores de la abogacía. Cuenta con el turno de oficio, con mujeres juristas, con abogados jóvenes, con abogados unipersonales, de empresa y de despachos de todos los tamaños.

No se es menos abogado por ser abogado fiscalista o por trabajar en el departamento jurídico de una empresa, o por ser joven. Todos y todas son garantes de la legalidad, fortalecen con su labor el Estado de Derecho y contribuyen al sostenimiento del Colegio. Por tanto, todos deben estar representados. Y creemos que lo estarán con José María Alonso.

¿Cómo calificáis la gestión de la Junta de Gobierno saliente? ¿Han cumplido?

Si tuviera que responder con una palabra esta sería: opaca. Si pudiera responder con dos: opaca y desmañada. Desde fuera se detecta un modelo de gestión piramidal del ICAM donde la cabeza –la actual Decana en funciones- dice y el resto -estén o no de acuerdo- escucha, sin poder hacer nada.

Desde que dimitiera casi la mitad de la Junta de Gobierno -en el comienzo del mandato- ha habido una falta absoluta de democratización y escucha activa. Ya ni los colegiados pueden hacer propuestas en las Asambleas. ¡Si hasta los propios miembros de la Junta de Gobierno en funciones nos censuran en redes sociales!

En mi opinión, ha habido un grave retroceso en cuestiones de gobernanza. Cuando en 2017, deberíamos tener ya el voto electrónico –prometido por Gumpert– y permitir que se voten determinadas materias a través de este medio, no solo no lo hay; se nos emplaza en las Asambleas a los colegiados a las 16:00 horas en una localización de difícil acceso para, básicamente, escuchar a la Junta de Gobierno y votar si se aprueban o no, unas cuentas que ni siquiera el tesorero está dispuesto a firmar –como ha hecho público recientemente-. Cuando pensábamos que íbamos a ser la verdadera civitas del Colegio te das cuenta que, en realidad, lo que han pretendido es que fuéramos meros contribuyentes pagando el diezmo.

Se han dejado muchos compromisos sin cumplir y muchos compañeros críticos y díscolos con su gestión han sido censurados, entre ellos, los propios miembros de la actual Junta Directiva de AJA Madrid, a los que la Decana, ni siquiera, nos ha recibido a pesar de nuestras peticiones por escrito. ¡Con lo enriquecedor que hubiera sido nutrirse de opiniones distintas y trabajar en equipo! Sin embargo,  mucho nos tememos que Sonia Gumpert y su equipo optaron por situarse por encima del resto.

No quiere decir que no haya habido cosas en positivo. La Cumbre de Mujeres Juristas ha servido como evento de concienciación, aunque hubiéramos deseados que hubiese sido, además, empleada como  movimiento de cambio y presión en la sociedad civil.

También Feiuris fue una buena idea, en su concepción. En su primera edición, algo caótica, los estudiantes de Derecho y compañeros jóvenes tuvieron  la oportunidad de hablar en persona con abogados y personal de recursos humanos de los despachos participantes. En la segunda edición, desapareció esta experiencia física y habitual en cualquier feria de empleo. En su lugar, se emplearon los recursos económicos en crear un portal online a través del cual los compañeros mandaban su curriculum a los escasos despachos participantes:nada que no puedan hacer ellos mismos a través de la web de cada despacho; por lo que seguramente se desaprovecharon recursos colegiales.

Una entrevista de Zuri Balboa

5 diciembre, 2017

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