Opinión

¿Afecta al empleo la subida del salario mínimo?

El gobierno ha llegado a un acuerdo con los Agentes Sociales para incrementar el Salario Mínimo Interprofesional y llevarlo a los 850 euros al mes en el año 2020. Sabíamos lo del 4% el próximo año, ahora ya sabemos la propuesta completa hasta el 2020. Por tanto, el acuerdo supone una subida de casi el 20% en el SMI en tres años.

¿Cómo veo yo este asunto? Yo el Salario Mínimo lo veo mal, porque para verlo bien hay que verlo con otra variable que es el nivel, el promedio o la dispersión de la productividad. Imaginemos que ponemos un salario mínimo muy alto en un mercado de trabajo donde todo el mundo es ingeniero atómico o neurocirujano ¿En qué afecta? En nada. Tú vas a Silicon Valley y dices tripliquemos el salario mínimo y no hay nadie que se quede sin empleo.  Ahora, apliquemos esto mismo en un sitio donde el desempleo es el 35% y el paro juvenil vamos a poner que el 55-60%, ¿cómo afecta ahí el salario mínimo? Tremendamente, ya que hay mucha gente cuya productividad puede ser (vamos a cuantificarlo) 500 euros y si el comprador de trabajo está obligado a pagar un precio mínimo por ese trabajo de 850 euros, el contrato no se produce. Entonces ahí es donde tenemos el problema los economistas. En señalar a los demás las cosas que no pasan. Lo que se ve es lo que pasa. La Señora Fátima Báñez compra paz social, porque sube el salario de aquellos que sí conservan el trabajo ¿Y todas las decisiones que frente a esta subida del precio obligatorio del trabajo el comprador de trabajo decide no comprar? ¿Qué pasa con esos? ¿Dónde están? ¿Cómo se cuantifican? ¿Hay alguna estadística que diga contratos no celebrados como consecuencia del alza del precio? Eso no se ve. Eso es gente que no accede al mercado de trabajo a un nivel de entrada, el inicial, el más bajo, porque sus cualificaciones y por tanto su productividad no se lo permite.  Es decir, les obligan a vender su fuerza laboral por un precio que el comprador no está dispuesto a pagar.

No hace falta ser muy listo para darse cuenta de algo: esto sí es una cuestión de derechos y justicia social y todo lo que queramos, lo es. Pero es mucho mayor la consecuencia en otros frentes de todas las decisiones del contrato de trabajo que no se toman porque el precio del trabajo se encarece de manera artificial. Por tanto a la gente que no logra un contrato de trabajo habría que preguntarles.

Cualquier medida tiene efectos secundarios. Esto evidentemente puede aumentar el consumo, mejorar la distribución de la renta, tema en el que España está muy mal a nivel europeo, puede lógicamente aumentar el nivel de vida de mucha gente que tiene unos salarios muy bajos. España tiene salarios muy bajos (pero la razón la explicaré más adelante). Subir el SMI tiene efectos positivos en una parte de la población, pero como pasa con todas las medicinas, también tiene efectos secundarios. Esos efectos secundarios no podemos saberlos en este momento. Es como cuando se vende un medicamento ¿Cómo se hacen las estadísticas de los efectos secundarios? Es muy complicado cuantificar eso.  A mí me parece que España necesita aumentos salariales conforme a la productividad.

El hecho no es que el salario mínimo sea ahora 707 euros, en 2018 sea 735 y 850 en 2020.  735 son 10.300 al año, más lo que el empresario paga a la Seguridad Social. Es decir, costes laborales no salariales, que son la ruina para el comprador de trabajo. Aquí el problema es quién toma la decisión. Si es un empresario el que dice voy a subir el salario hasta aquí porque puedo pagarlo, eso es perfecto. Pero si te lo decide Fátima Báñez con los llamados Agentes Sociales, puedes tener un lío. Ellos no conocen tu empresa. Vete tú a saber los cambios en productividad y el cambio técnico que está teniendo lugar en tu empresa ¿Y si tu empresa está fallando? ¿También tienes que subir los salarios porque lo digan ellos?

La historia de los conflictos laborales es muy larga. Empieza a finales del siglo XVIII o incluso antes. Por tanto somos herederos de muchísimas intuiciones, chascos y miedos. Hubo un momento (y todavía seguramente lo hay en algunos sitios) en el que el comprador de trabajo podía pagar por debajo de la productividad marginal al que ofrecía trabajo, al trabajador. Eso naturalmente tiene que evitarse. Ahí es cuando aparecen los salarios mínimos, la negociación colectiva… una explotación que da lugar al marxismo precisamente en esa época. Hay un ensayo de John Stuart Mill en el que usando buena economía, una economía casi premoderna explica por qué es lícito crear un pull de venta de trabajo (está hablando de los sindicatos en un momento en que son ilegales) cuando el comprador tiene capacidad de monopsonio, es decir, cuando puede comprar por debajo de lo que el trabajador aporta a la empresa. Entonces sí, pero ahora ¿Existe eso? Seguramente hay instancias en las que existe. Pero el problema de los salarios bajos en España (es verdad que somos un país de salarios bajos) es la productividad. Es nuestra falta de acumulación física y humana, cambio técnico, capital moderno, conocimientos, saberes y la conjunción de ambos.  Y las instituciones en las que eso se enmarca. Mientras no cambiemos eso, el producto por trabajador no va a subir.

Álvaro Lodares (Economista)

 @lodares

22 diciembre, 2017

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