El proceso de construcción de una Nación península unida presenta una serie de interrogantes que los iberistas estamos llamados a resolver.

Ya hemos intentado dilucidar el problema de la Jefatura de Estado, reformas en el gobierno, reestructuración del Poder Judicial o incluso dar al derecho a la vivienda la categoría de fundamental.

En este caso, vamos a intentar esclarecer quiénes son los únicos agentes posibles a la hora de iniciar la acción de integración peninsular.

No son pocas las ocasiones en la que nos encontramos opiniones que tienen a bien incluir a Cataluña, Euskadi, Galicia o Extremadura en el proceso de unión.

Todos los que representamos a la mayor plataforma de Iberismo hemos tenido a bien considerar cómo únicos partícipes de la misma a las naciones soberanas de Portugal y España. Considerando el extremo expresado en el párrafo anterior cómo un error fatal para la consecución de nuestros objetivos.

Y es que, incluir a regiones de España, con más o menos autonomía, en el proceso, implicaría una falta de respeto hacia Portugal, equiparándola al estatus de región. Algo que es completamente contraproducente.

Si lo hacemos, no sólo estaremos poniendo en riesgo la unión peninsular, si no también la integración de España cómo nación soberana.

Los iberistas reconocemos la existencia de otros pueblos que pueden desarrollar su autonomía a través del sistema de la federación, sin que ello, implique una ruptura, a la que muchos se refieren cómo “balcanización” o “reino de taifas”. En definitiva, podemos construir un futuro juntos, enterrando el fracasado estado de las autonomías y poder tener la posibilidad de ser un socio serio para nuestros colegas de la Unión.

Ginés de Lara

@InfanteDeLara