Ignacio Aguado, portavoz de Ciudadanos ha asegurado, seguramente cumpliendo con un guión previsto, que la elección de Ángel Garrido como presidente de la Comunidad de Madrid era un problema menor, pues sólo iba a durar un año. Sin embargo, atribuirle oxígeno a tu rival político durante un año puede ser un problema electoral, porque en ese tiempo y en la política pasan muchas cosas. A veces demasiadas.
El PP en 2015 obtuvo más de un millón de votos siendo la fuerza más votada en la Comunidad de Madrid. Es cierto que los casos de corrupción, el caso “máster” y la dimisión de Cifuentes lo señalan en las encuestas como segunda fuerza (al menos en las últimas horas), sin embargo, al igual que el gobernante no puede subestimar a la oposición, la oposición no puede olvidar que en política nada es matemático. Y que el poder desgasta, sí, pero no tenerlo en ocasiones erosiona mucho más.
El que gobierna, en este caso el PP y Ángel Garrido, tienen por delante un indiscutible reto: estabilizar el rumbo del barco o ir al desplome electoral. ¿Y cómo? La tarea no será simple ni rápida. Al contrario, en ella intervienen un gran número de factores y elementos. No se puede olvidar el fin último de la razón política que no es sino el servicio a la cosa común: con un proyecto real, sin arrogancia y con un impulso claro, inequívoco, de regeneración política.
Pero por otro lado, ahí está Ciudadanos, también ante una gran oportunidad. Especialmente si olvida su discurso del “y tú más” (ya tan manido y ajado a ojos de la opinión pública), y propone un plan alternativo (real, sólido, factible) que al votante descontento le ofrezca confianza y un horizonte.
En política, un año es una eternidad. Por ello, subrayar (en clave de debilitamiento) la“interinidad” en un gobernante no es ni serio ni prudente. En doce meses las encuestas pueden convertirse en una auténtica montaña rusa,y están para equivocarse si las distintas alternativas políticas (también las aparentemente tercera y cuarta opción, PSOE y Podemos) son capaces de utilizar el tiempo como oportunidad. De eso debería tratarse.
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