Opinión

Un parlamento incompleto. Una democracia débil

Ha prosperado la moción de censura que planteaba a Pedro Sánchez como presidente del gobierno. Algunos le han señalado como traidor por no llegar a la presidencia por las urnas, lo cual no es cierto ni es ajustado a nuestro sistema democrático. Sánchez si llega al gobierno por las urnas, las urnas de 12 millones de españoles representados en los grupos políticos que le han apoyado: PSOE, Podemos, independentistas…de quienes ha conseguido su apoyo y ha llegado al gobierno.

España no es un sistema presidencialista, aunque para el portavoz del PP en el parlamento parezca que sí, España es un sistema parlamentarista y el presidente del gobierno llega a través de la confianza de la cámara no de la mayoría electoral en elección directa en la calle. Por ello, señalar a Pedro Sánchez por sus malabares electorales para llegar a la presidencia es más propio de quien tiene mal perder, pues el problema de fondo no son sus aliados políticos sino el sistema electoral y democrático español que es deficitario y nos corroe a todos, sin que nadie, ni el PP con mayoría absoluta lo haya decidido cambiar, de aquellos polvos estos lodos.

Nuestro sistema democrático es un cáncer para el sistema en sí mismo que lo va derruyendo poco a poco. En España se gobierna con las minorías que quieren romper España pero viven de ella. España y su parlamento se fundamenta en un “mercado persa” en el cual, el partido hegemónico compra votos vendiendo competencias o entregando presupuestos según el momento histórico: Aznar en el 96 con los nacionalistas cedió las competencias propias del Estado, como fue la educación; Zapatero y el Estatut; y como no, el tan manido “cupo vasco” ofrecido por Rajoy. Y es que la compra de votos para fundamentar una acción de gobierno de un país no es un mecanismo propio de una democracia avanzada.

Tenemos ahora el gobierno que nos merecemos, por un sistema imperfecto que confunde poder legislativo con poder ejecutivo, un sistema de mayorías parlamentarias que se fundamenta en mayorías regionales y que corroen el interés del país, un sistema que confunde lo que debiera de ser una cámara nacional como el Congreso de los Diputados que representa los intereses de todo el país con una cámara territorial como debiera de ser el Senado que debiera de representar las regiones. El problema, nuestro sistema, la adversidad, que ningún grupo político desea cambiar pues viven de él y de sus réditos electorales no del bienestar general de toda la sociedad.

Juan Gonzalo Ospina

Diputado de la Junta de Gobierno del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid

3 junio, 2018

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