Opinión

Las eutanasias varias de nuestro país

 

Muerte sin sufrimiento y en sentido restricto la que se provoca voluntariamente. Esto es lo que dice el diccionario que es eutanasia. Quizá por eso no se sabe popular y generalmente que cuando se habla de despenalizar la eutanasia o se especifica que se trata de la «eutanasia activa». Y es que el adjetivo resulta imprescindible ya que no son lo mismo eutanasia activa y pasiva y porque ésta última ya está regulada en todas las Comunidades Autónomas. No deben confundirse los términos en cuestión tan trascendental. Rige pues en toda España la «Ley de Voluntades Anticipadas» más comúnmente conocida como» Testamento Vital». En tal documento podemos determinar por escrito «como no queremos morir», que nos negamos a sufrir innecesariamente al final de nuestra vida y que no deseamos que ésta se prolongue con técnicas médicas invasivas. Pero lo que no se contempla en el testamento vital es el suicidio voluntario asistido, que es la eutanasia activa. Pero siempre y en cualquier caso es el individuo que muere o va a  morir el que ha de decidir, NO LOS DEMÁS, POR MUY PARIENTES CERCANOS QUE SEAN O PROFESIONALES CIENTÍFICAMENTE MUY CUALIFICADOS.

Dicho todo lo anterior mucho ignorante o «preasesino» cree, o dice creer, que eutanasia es igual a suprimir todo lo que estorba al egoísmo social, mediante el aborto para los no nacidos y la «ayudita» a los ancianos, que tanto están perturbando el ámbito de las pensiones, con su afán de vivir demasiado. Y no sólo lo que se refiere a la vida humana, sino que se pretende extender la «matanza» de lo que estorba a principios y normas que regulan moral y legalmente la vida de las sociedades.

Así  estamos contemplando como la peor de las eutanasias ha caído sobre lo religioso, imponiendo en su lugar el mal llamado laicismo que no es sino anticristianismo o ateísmo militante y agresivo. Acabamos de ver, como muestra, que el nuevo y «parachutado» Presidente del Gobierno, señor Sánchez Pérez Castejón, ha jurado o prometido su cargo sin que, junto a la Constitución, estuvieran la Biblia y el Crucifijo sobre la mesa. Y para «consolarnos» de semejante alarde  laico/anticristiano se nos ha recordado que no es la primera vez que tal cosa ha sucedido, ya que nuestro flamante Monarca, Felipe VI,  hizo lo mismo al ser nombrado Rey  tras la abdicación de su padre ,Juan Carlos I. Estarán  satisfechos ambos de ser los primeros, desde que existe la Monarquía española instaurada por los magníficos Reyes Católicos, en no denominarse como «Su Majestad católica» y aceptar  la «eutanasia anticristiana para sobrevivir en el  machito y el chollo» que la Corona supone. De modo que «enhorabuena» a los inquilinos de Zarzuela y Moncloa por acabar con la mejor tradición católica de  nuestra Nación y nuestra historia.
Pero es que, además, en estos tiempos de «jococrisis» de todas clases también le ha llegado la hora, junto a sus mayores o ancianos propietarios conductores, a los automóviles de muchos años, por bien conservados  y cuidados que estén y por supuesto al día de la ITV . Las Carmenas y Colaus de toda laya han decidido acelerar la eutanasia de los mayores y ancianos de su ciudadanía, prohibiéndoles la supervivencia de sus vehículos, condenándoles al metro y el autobús, a ver si así se caen antes y se acelera su muerte ya que sólo hacen estorbar con vivir tanto. Por cierto que el pretexto para esta matanza automovilística es la contaminación que esos coches provocan, y  mira por donde, Dios nuestro Señor ha decidido que llueva y nieve en más cantidad y durante más  tiempo que nunca, dejando en ridículo a estas, nefastas por tantos otros aspectos, alcaldesas.
Y  que decir de las eutanasias de Patria y Familia, aniquiladas por Nación y Estado la primera y «emparejamiento» la segunda, no dejando ni rastro ni de emociones por la Patria y sus  símbolos y de fe en los Sacramentos en las desaparecidas  o nunca nacidas familias. Eutanasia por todos lados y para nada solicitada voluntariamente, que de aquella hermosa definición de España que un lejano e histórico día proclamó Don Marcelino Menéndez y Pelayo  en  el Congreso, a requerimiento irónico de otro diputado -«España es Dios, Patria, Familia, Honor, Fueros y Rey «- no queda NADA.
General Monzon
7 junio, 2018

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