Opinión

Palomas, ratas, conejos, visones y Pedro Sánchez

El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tiene una chistera. Saca palomas, conejos, ratas y visones. Ahora, en un derroche de talentoso ingenio, desentierra el término “gobernabilidad”. Sospecho que como todas las palabras demasiado largas, esa “gobernabilidad” esconde un nuevo truco o, en el mejor de los casos, no quiere decir nada. La “gobernabilidad” se la ha sacado Pedro Sánchez, claro, en nombre del pacto o revolcón con los independentistas, etarras y separatas, en nombre de la memoria histórica, que igual podían haber llamado la resurrección de la carne, (porque se trata de poner en pie el pasado inmediato de España para prenderle fuego haciendo revancha), en nombre de ese populismo cateto y chocarrero que nos lleva a recoger más inmigrantes, mientras nuestras clases laboriosas están con la despensa vacía, en nombre de la economía, y estamos sin un clavel, y en este plan.

“Gobernabilidad” es lo que tiene que haber naturalmente en una democracia con izquierda, derecha, centro y pequeñitos, periféricos, mixtos y los de mi pueblo. Pero la “gobernabilidad” que promueve Pedro Sánchez no es sino la suya propia y total, una “gobernabilidad” muy parecida a un caudillismo de paisano y que esconde una convicción reaccionaria: este país es ingobernable, de modo que tienen que dejarme gobernarlo solo. El discurso de la “gobernabilidad” esconde una profunda desconfianza respecto del pueblo español: eso que Sánchez le reprochaba a Rajoy. No cree en España ni en los españoles quien nos hace ser el hazmerreir de Europa.

No cree en España quien facilita la llegada a chorros de inmigrantes, en nombre de una caridad mal entendida. No cree en España ni en los españoles quien busca venganza, en una deformada memoria histórica. “Gobernabilidad”, que no quiere decir nada, quiere decir autogobierno, autarquía, pansanchismo, porque lo malo de un aprendiz de estadista como Pedro Sánchez es que llega a sentir que el Estado es él.  La palabra “gobernabilidad” es sólo el pseudónimo de un personalismo cautelar que de hecho postula la infalibilidad del Jefe.

Se habla mucho de “gobernabilidad”, pero no veo que ningún analista estudie esta palabra lanzada por el presidente. Siempre que lean ustedes una palabra larga y nueva, y más si viene de político o filósofo, ya saben que no quiere decir nada o esconde lo que dice. El discurso del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abunda en palabras así.

Por Marisa Arcas

@marisaarcas

17 junio, 2018

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