En los ya muy largos años de mi vida nunca tuve la oportunidad de contemplar una porquería como la perpetrada por el ya, afortunadamente, ex seleccionador nacional de fútbol, Julen Lopetegui, y sobre todo el siniestro representante de «dinerolandia», el Presidente del Real Madrid, Florentino Peréz. Porquería que ha significado una agresión y una ofensa al conjunto de todos los españoles, lesionando gravemente su ilusión`por el comportamiento de la mal llamada «roja» selección nacional de fútbol en el campeonato mundial de Rusia. Que asco de culto por el  dinero sobre toda ética, arrasador de toda elegancia y hasta decencia. Sé que ha habido muchos argumentos justificando semejante guarrada, pero todos interesados o sectarios.

Sólo cabe esperar que la sociedad, en forma de socios y seguidores del Real Madrid, sepan encontrar el modo de rechazar y acabar con estos dos repugnantes adoradores del dinero, por encima incluso de las emociones y sentimiento de todos los españoles, situados en este verano naciente con la selección de fútbol nacional. El primer partido del campeonato, empatado con Portugal, puso de manifiesto el daño causado con la desaparición de vísperas del seleccionador/entrenador. Naturalmente su sustituto de urgencia, Fernando Hierro, a pesar de sus conocimientos futbolísticos y su mejor voluntad, no supo mover sus peones ni acertar con las sustituciones que, sin duda y en condiciones normales, habrían dado la victoria a España.

Para colmo de este repulsivo mundillo futbolero asquerosamente dinerario quien nos apuñaló tres veces, para darle el empate a Portugal (por supuesto sin culpa ninguna en su honorabilidad  nacional ) fue  el «chulanganus» de Cristiano Ronaldo. Ese individuo insoportable en su vanidad y comportamiento profesional en los terrenos de juego, con público y compañeros y rivales que el mismo día del partido era declarado culpable de cárcel y multa por fraude gigantesco contra la Hacienda española, aunque, eso sí, anunciando de antemano que, merced a un acuerdo condenable, no ingresara en prisión, a base de pagar montón de millones.

¿Nunca se va a meter mano de verdad a ese horror continuo de citas supermillonario del mundo del fútbol, poniendo orden, control y decencia en su desarrollo? No deja de resultar jocoso que nada menos que un Ministro del Gobierno haya de abandonar su puesto de manera fulminante por un fraude, arreglado y pagado en su totalidad y de cuantía mínima en comparación con el de los Ronaldos, Messis y tantos más, mientras que estos «ilustres futboleros» no son obligados del mismo modo a abandonar sus puestos, ni las gentes les empujan a ello con su rechazo al disfrute de tan super multimillonaria y fraudulenta vida.

Y, en fin, volviendo a lo más repugnante de Lopetegui y Florentino, lamentar que los poderes democráticos carezcan de atribuciones legales para castigar semejante agresión emocional a España con la pérdida inmediata de la nacionalidad española y la expulsión del territorio nacional para siempre. Y allá  se pudran con sus millones . Tanta necesidad como hay y de la que tanto se habla y nadie se acuerda de sacárselo a esta pandilla.

Manuel Monzon