Se suele decir que los españoles somos más y mejores valorados fuera de nuestro país que dentro de nuestras fronteras. Y este hecho se puede constatar atendiendo al terreno empresarial. Mientras cantidad de políticos a nivel nacional y regional lanzan soflamas contra las empresas del Ibex 35, gobiernos de medio mundo centran sus miradas en España para llevar a cabo obras emblemáticas en sus territorios.

Uno de los casos más emblemáticos es el de la compañía española Acerinox, proveedor de acero en centenares de monumentos representativos en Europa, América y Asia. Por ejemplo, la empresa presidida por Rafael Miranda está trabajando en el proyecto del museo del Louvre de Abu Dhabi. Solo en la cúpula de esa obra, Acerinox aporta 300 toneladas de chapas, a las que hay que sumar otras 250 toneladas para la estructura del edificio.

Pero si hay una ciudad que se asocia al acero y a la construcción, ésta es Nueva York. Allí, Acerinox proporcionó gran parte del acero inoxidable para levantar la One World Trade Center de Manhattan, el monumental edificio que ha sustituido a las derribadas Torres Gemelas. Más al norte, en Canadá, la compañía nacional suministró 15.000 toneladas de barras de acero para construir el puente del río San Lorenzo.

En Europa, el edificio de la fundación Luis Vuitton llevará la firma de Acerinox, en París. También en Francia, el nuevo estadio de fútbol en Valenciennes (con capacidad para 25.000 personas) o la renovación de las bodegas Chateau Margaux tendrán materiales españoles.

En España, el aeropuerto de Bilbao o la Sagrada Familia de Barcelona también contribuyen a que España se posicione como el país de acero en medio mundo.