Opinión

Absurdos canallas

Lo del «Presidentejo» Sánchez no tiene un pase. Es el personaje mas mediocre que se puede recordar en la desgraciada historia de los dos últimos siglos; y vaya que eso era difícil. Para encubrir esa mediocridad, una vez conseguida de forma chapucera la Presidencia del Gobierno, se ha decidido por tres temas que nos pueden llevar los tres ,juntos o por separado, a una confrontación civil, incruenta o sangrienta, que eso está por ver dado el cabreo que está sembrando entre los descendientes de los bandos de la guerra civil, provocando una excitación reivindicativa falsa y mentirosa en los «rojos» y una ira que habían olvidado hace muchos años los «nacionales». Provocación, justo es decirlo, en la que no es «Sanchecejo» su inventor, sino su nefasto predecesor Zapatero con su maldita y mentirosa Ley de memoria «histérica» sobre un pasado de la España de Franco que ya ha sido tratado exhaustivamente casi hasta la exageración en el ámbito de la historia y en el mediático.

Para mi, no obstante, no es el tema de la exhumación de Franco lo más grave de lo que está haciendo o pretendiendo hacer el «Presidentejo», lo peor es y lo más peligroso de cara a un conflicto civil (somos tan absurdos que igual que fuimos capaces de montarnos la guerra civil del 36 podemos montarnos la primera del siglo XXI) es la alianza con los separatistas catalanes y vascos. Esos sí que son traidores, rebeldes y golpistas, sobre todo los catalanes aunque sean unos cobardes incapaces de luchar y jugarse la via por su «ideal republicano/independentista. Digamos que se trata de una traición/rebeldía a «palabrazo limpio» o como mucho adobada con manifestaciones callejeras, siempre amparándose en la gran mentira de la libertad de expresión sin límite alguno, concretada en las últimas semanas en la ridiculez de los lacitos.

Y ante semejante ofensa continua al conjunto de los españoles no se le ocurre más que darnos el latazo con las palabritas «diálogo» y «cordialidad», como si ninguna de las dos cosas fueran posibles con el «enemigo atacante del Estado» por mucho que le de por sonreir al «guaperas monclovita». Ahora nos anuncia una agenda de mucha presencia gubernamental en Catalunya para intentar aliviar el «otoño caliente» con que abiertamente amenaza el tándem Puigdemon y su «vicario» Torra. Hasta el más tonto puede darse cuenta de que no servirá de nada porque si algo hay respetable en la traición catalana es su claridad de propósito republicano independiente e irrenunciable. Así que, por mucha cordialidad y «guaperismo» que el Sanchismo ponga en juego, los separatistas no van a dialogar si no es de la autodeterminación y el referéndum para conseguirla anti-constitucionalmente  sólo entre catalanes, cuando semejante derecho corresponde en exclusiva al conjunto de todos los españoles. O eso, o retirarle el apoyo parlamentario en esta desgraciada España, en la que su destino unido está dependiendo de sus enemigos traidores.

Lo de Catalunya seguirá hasta el aburrimiento o la debida represión que corresponde a cualquier rebelión aunque sea sin armas. En paralelo a este desastre no le sigue en importancia lo de la exhumación de Franco para satisfacer el odio y el  rencor por haber perdido la guerra civil (que eso es lo que les pasa), sino el gravísimo tema de la migración que mejor debería denominarse invasión migratoria ilegal, violenta y mafiosa, mediante la que el «empresariado canalla», tipo Soros, i ntenta crear un mundo laboral neoesclavo.

Bueno, pues en vez de oponerse a este auténtico cachondeo invasor paterista, embarcado por sospechosas ONG´s o salta vallas ,el «Presidentejo» se lanza inconscientemente a liderar el gusto por esa invasión migratoria, aunque no sepa que hacer con ella ni quien o quienes van  a hacer con ella. Nos están engañando, confundiéndonos con que refugiados que de verdad huyen de la guerra, la muerte y la miseria constituyen el total de la «invasión migratoria» organizada y que puede acabar con Europa; esa miserable Europa que se niega a reconocer sus raíces cristianas y que se merece lo que le está pasando.

Ante estas dos auténticas catástrofes del separatismo y la migración descontrolada, lo de exhumar a Franco sólo es un entretenimiento aunque está cabreando y mucho, a los descendientes del bando nacional en la guerra civil, por cierto bautizada por El Vaticano como CRUZADA. Vaticano que no hace nada para defender la memoria de los que llevaron a cabo esa CRUZADA y ahora son tachados impunemente de asesinos, traidores y golpistas.

Manuel Monzón 

8 septiembre, 2018

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