Efectivamente todo parece indicar que estamos empezando a asistir a un enfriamiento de la economía española. Algunos ya desde hace tiempo veníamos alertando respecto a ello. El que esto escribe ha venido insistiendo respecto a que estábamos muy cómodos con vientos de cola demasiado extendidos en el tiempo en mi opinión y que una vez que esos vientos de cola desaparecieran podríamos tener problemas, ya que no nos hemos dedicado en este tiempo a hacer reformas de calado en nuestra economía.

La política expansiva nuevamente de los Bancos Centrales (reitero que demasiado extendida en el tiempo) ha hecho que no nos hayamos preocupado entre otras cosas de nuestra abultada deuda pública. Cuando la política monetaria cambie y hay indicios que así ocurrirá más tarde o más temprano, podemos tener problemas.

Si bien es cierto que la desaceleración de nuestra economía no se puede achacar al actual gobierno, sí que se puede decir que los gobiernos no sólo pueden crear las crisis, sino que pueden prolongarlas y hacerlas más duras si toman medidas equivocadas. Y de eso sí hay indicios con el actual gobierno. La postura del actual gobierno así como la de los grupos que lo apoyan es la de incrementar de forma clara el gasto público. Una medida así en un país que como España arrastra la deuda pública que arrastra puede traernos un serio problema. Este problema tampoco se soluciona con un fuerte incremento impositivo.  Los problemas que podríamos tener sobre la función de oferta y la función de consumo, harían la situación más complicada.

Otro discurso preocupante del actual gobierno es el que se refiere al mercado laboral. Si bien es verdad que la reforma laboral hecha por el gobierno de Rajoy se ha quedado corta, es insuficiente y no rompe del todo con ya muy antiguas rigideces de nuestro mercado laboral, sí iba en la buena dirección en algunos aspectos.  Si aumentamos aún más la rigidez del mercado laboral aumentará el paro como ya hemos visto en otras crisis y eso se intentaría solucionar de nuevo con más gasto público.

Otro punto clave del futuro para mantener nuestra competitividad en los mercados internacionales es el problema energético.  Más allá de parches como el del carbón, hay que hacer una reforma seria y a largo plazo.

Otro punto clave que ha supuesto un gran desarrollo y crecimiento para España ha sido el turismo extranjero. Estamos asistiendo de un tiempo a esta parte a un discurso contra el turismo. Preocupante discurso diría yo. Como digo este sector ha sido una de las bases que han impulsado nuestro desarrollo.  Para ello hay que convivir con un marco legislativo homogéneo en el ámbito de la Unión Europea y con un marco de estabilidad política en nuestro propio país. En este sentido los populismos nacidos en el Mediterráneo pueden suponer un problema en este asunto.

Por tanto es claro que asistimos a una desaceleración económica que viene de lejos, de la que algunos hemos venido alertando, que de momento no es preocupante a menos que ocurra algo insospechado a nivel nacional o mundial que haga que todo se caiga. Dicho lo dicho ya hay predicciones que alertan sobre una nueva recesión en 2020. Por tanto todo esto debería de una vez por todas hacer que nos pongamos las pilas y que empecemos a llevar a cabo reformas serias  y sin bandazos en nuestra economía.  Como digo la desaceleración económica no es achacable al gobierno de Sánchez, pero el gobierno de Sánchez puede hacer que esta desaceleración se resuelva de forma correcta o nos puede poner una vez más ante una crisis de insospechadas consecuencias. Como digo los gobiernos además de crear crisis, las pueden agravar con sus medidas.  Las que va anunciando el gobierno con sus bandazos habituales, no van en la buena dirección. Esperemos que en esto sí rectifiquen por el bien de nuestro propio futuro.

 

Álvaro Lodares (Economista)

Twitter: @lodares