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“Ante la defensa de los derechos de las personas o de sus intereses económicos no podemos fallar”

Se ha puesto a la venta hace escasamente un mes y agota su primera edición. “El abogado líder” es un manual que ha visto la luz de la mano del joven abogado Juan Gonzalo Ospina. De una manera clara, precisa, consisa y amena el autor, director de Ospina Abogados, no sólo hace balance de una trayectoria profesional que aún no alcanza la década sino que pone a disposición de sus compañeros y compañeras, generosamente, de manera útil, las lecciones que ha ido extrayendo hasta anteayer. Hoy es diputado de la Junta de Gobierno del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid y trabaja para dignificar la profesión que, en poco tiempo, tan bien conoce. La comunicación, la transparencia, el marketing… se han convertido en elementos decisivos para ‘salir al mercado’.

En un mercado tan competitivo, ¿es imprescindible la ambición de un abogado que aspire a serlo?

En la vida todo es cuestión de percepción.Las metas que como abogados nos pongamos deben ser tanto ambiciosas como realistas, ya que sin una o sin la otra no alcanzaremos el éxito. Lo idóneo es que metas y capacidades vayan de la mano. El éxito para conseguir nuestras metas está en el equilibrio.De la misma manera que no vale decir, “quiero ser el mejor futbolista del mundo” si nunca se ha jugado al futbol, en nuestra profesión no se puede aspirar a “ser el mejor penalista del mundo” si no se ha ido nunca a prisión, o si no se es capaz de tratar o lidiar con la policía.

¿De dónde nace su vocación como abogado?

A mi entender, la abogacía es la profesión más bonita del mundo, porque defiende la libertad, la dignidad y los derechos fundamentales de las personas. Tambiénconsidero su vertiente social, que usa el hombre para defenderse en sociedad a través de la norma jurídica.Los abogados somos una herramienta clave para la sociedad. Nuestra principal labor del abogado es que se aplique y cumpla la ley.

¿Qué recomendaciones le darías a los más jóvenes?

La curiosidad para estudiar. Hacer prácticas extracurriculares desde el minuto uno de la carrera, si es posible. Es fundamental, porque ayudan a entender en qué consiste realmente la profesión, y aprendes sobre el papel que juega el abogado en el día a día. Así descubrirás, por simplificar, si es lo tuyo o no lo es.

Usted insiste frecuentemente en el valor y el poder de la oratoria…

Fíjese. Yo creo que si no te has emocionado viendo típicas películas americanas con las intervenciones de los diferentes abogados, ésta no es tu profesión. Aunque de ninguna de las maneras la realidad es tal y como se plasma en esas cintas, tanto los abogados como la sociedad en general necesita de la utopía. Se debe aspirar a dominar la lingüística y la oratoria de una manera clara y al mismo tiempo, aspirar a conseguir transmitir aquello que deseamos, no solo al juez en un juicio, si no también y más importante, a nuestros clientes. En efecto así lo pienso y así lo expongo en mis conferencias.

Juango Ospina en el ICAM

El mercado laboral no está en un momento precisamente fácil…

En muchas ocasiones solo vemos la parte negativa: los grandes despachos no buscan juniors, con la crisis no me pagan bien… son excusas que únicamente hacen aflorar nuestras justificaciones y auto-fracasos. La clave del éxito solamente la tienes tú. Somos el eje de todo: nuestras actuaciones y nuestros espacios de libertad. Piensa: “¿qué valor podré ofrecer a este despacho o a este abogado para progresar?”. No hay mayor obstáculo que nuestras propias negativas a caminar al frente.

¿Hay atajos para obtener buenos resultados profesionales?

No hay recetas infalibles. No hay trucos de magia con los que obtener abracadabrantes resultados, claro. Pero todo es más fácil si te consideras un abogado en toda la extension del término, en mayúsculas, de los que entienden los problemas del cliente y le proporcionan una solución fáctica, de los que se dedican a su profesión veinticuatro horas al día, de los que trasmiten valores, convencen y hacen todo lo que está en la ley por defender a sus clientes. Porque, los casos se podrán ganar o perder, pero lo que un cliente no tolera es la ineficacia o falta de ganas de su abogado. Solo esto ultimo puede considerarse un fracaso. Y nadie quiere estar asociado al fracaso, menos cuando se está jugando algo tan sagrado como sus derechos o algo tan a preservar como los intereses económicos.

Las prisas considera que no son buenas consejeras… ¿o en los inicios son inevitables?

Las prisas, como bien es sabido por todos, juristas y no juristas, no son buenas consejeras. Mi consejo, especialmente en los inicios, es claro y directo: trabaja muy a fondo la interacción humana. ¿Cómo? Relacionándote de manera constante con tu entorno, no solo con el propio de los juristas, sino también con todo aquel que pueda revestir un interés: ¿por qué no empresarios, o periodistas, o profesionales liberales con ideas innovadoras y de puro emprendimiento? El día tiene 24 horas y quieras o no terminas moviéndote en escenarios diferentes, en ámbitos distintos. Utiliza en todos ellos tus armas de captación. Ésa es la recomendación que doy en “El abogado líder”.

Juango Ospina en la biblioteca del ICAM.

Y luego está, en el sentido positivo, su obsesión por el poder de las redes sociales en la Abogacía del año 2018… ¿en qué sentido?

En primer lugar, has de tener especial cuidado con el material e información que proporcionas en tus perfiles y redes sociales. Facebook es la red social más utilizada después de WhatsApp. ¿Le estás dando un uso correcto? Las personas juzgamos en función de lo que vemos, conocen lo que somos por lo que proyectamos. Mi recomendación es privatizar tus redes sociales y marcar diferencias entre el perfil personal y el profesional: aprende a separar lo que publicas. No siempre lo hacemos y es la mejor forma de evitar patinazos cuya reparación puede ser un verdadero quebradero de cabeza. También para un abogado. Las redes, en relación a su pregunta, son una herramienta esencial y sobre todo económica para empezar a crear tu marca personal y darte difusión a coste cero. Soy un absoluto convencido de la comunicadión bien manejada como elemento de captación de clientes, por supuesto. Luego viene la ciencia y el arte, la hora de la verdad.

15 octubre, 2018

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