LifeStyle

Las curvas de la felicidad

Seguro que has oído muchas veces estas frases:“a ellos les gusta las mujeres con curvas”, “yo al menos tengo dónde agarrar”, si estos gustos son ciertos, compartidos y universales, ¿por qué nos preocupa tanto que nuestra báscula marque algún “kilito” de más, en esta época invernal?

Por una parte, ya lo sabéis, todos somos genética, biología con estructuras anatómicas primitivas: como la corteza cerebral conectada al hipotálamo. Áreas muy influyentes en muchos aspectos de la respuesta y selección sexual. Y por otra, las influencias y presiones sociales provenientes de los medios de comunicación y por supuesto, del entorno más directo: siguen existiendo en el club de patchwork, en las puertas de los colegios, comentarios ofensivos e hirientes:que gorda se ha puesto fulanita, ¿la has visto?” Sin embargo ese tipo de afirmaciones poco constructivos y vacíos, son muestra, en general, de una personalidad con muchas inseguridades.

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Según una relevante investigación de la antropóloga Elizabeth Cashdanla figura femenina perfecta de reloj de arena, después de todo, no es tan perfecta, ya que las hormonas que hacen a las mujeres físicamente más fuertes, competitivas y capacitadas para lidiar con el estrés, tienden a redistribuir la grasa de sus caderas hacia la cintura”, perdiendo esa cintura de avispa, más pronunciada en las adolescentes y mujeres jóvenes, por esa menor carga laboral.

Este interesante estudio revela que en aquellas sociedades donde las mujeres tienen mayor peso de trabajo fuera del hogar, contribuyendo en la labor de “llevar el alimento a casa”, las cinturas más estrechas tienen menor importancia en la selección sexual y por tanto, menor atractivo.

La noción de “cuerpo ideal” varía según la cultura: En países donde la igualdad económica entre sexos es mayor, la forma física de reloj de arena es menos valorada, al igual que en las sociedades no occidentales, donde la comida escasea y las mujeres tienen la carga de obtenerla, los hombres prefieren las mujeres con los menores ratios posibles entre cintura y talle, prefiriendo las “mujeres trabajadoras”.

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Tras los festejos navideños, son muchas las personas que se proponen hacer exigentes dietas y duro ejercicio extra. No cometas locuras a costa de tu salud, respeta tu morfología y acepta tus límites. Además “que nos quiten lo bailao”: lo comido, comido está. ¡Recuerda! Las dietas radicales o milagrosas no funcionan y son perjudiciales para el organismo. Consulta a un dietista para aprender a comer sano.

¡La salud sí es sexy! La regularidad y la constancia en la alimentación y actividad física son la clave para mantenerte en un peso e IMC (Índice de Masa Corporal) saludables.

Beatriz Alonso Dos Santos

Psicóloga, formadora y coach

9 enero, 2016

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