Opinión

La autocrítica de Ciudadanos y el fraude de UPYD

Es extraño que un partido político reconozca fallos en campaña. La reacción de la ejecutiva de Ciudadanos, presidida por Albert Rivera, es por tanto digna de elogio.

En mi opinión, tendrían que haber transmitido a su electorado, que bastaban 80 diputados para que su voto fuese útil. No era necesario entrar en la lucha por ser segundos o terceros, sino asegurar al votante, que el partido sería la llave para un futuro gobierno. Era el mensaje que querían escuchar los que en las encuestas afirmaban que los votarían. En política, ya se sabe que gana quien pone la vela donde sopla el viento, no quien exige al viento ir hacia donde está la vela.

Otro de los errores reconocidos es la falta de experiencia política de algunos de sus candidatos. Se ha constatado y es un tema que hay que resolver. El crecimiento del partido desde aquel artículo de Sosa Wagner en El Mundo (en agosto de 2014) fue espeluznante. UPyD era un partido que gustaba por sus ideas, pero la ciudadanía no se fiaba del pasado político de Rosa Díez, que presumía de contar en sus filas con profesionales en política y no con políticos profesionales, cuando ella era de las políticas con más años de ejercicio en este país.Rosa-sorprendida-Sosa-Wagner-imputaciones_TINIMA20140820_0230_5

En muy poco tiempo, los mejores activos del partido magenta pidieron la portabilidad “Orange”. C´S pasó de un 3 % de intención de voto, a ir doblando las cifras trimestralmente y, en este ascenso, fue inevitable que antes las locales y autonómicas, algunas personas no recomendables para la vida pública se postularan. Como no hay mal que por bien no venga, ante un resultado donde no hay cargos a la vista, si quedaba algún oportunista esperando, seguro que desistirá pronto.

A partir de este momento, el partido tiene que cuidar sus bases y hacerlas responsables del futuro. Esto es lo que falló en UPyD, que prefirió tener un partido bonsái, para asegurar el chiringuito de la dirección compuesta por Rosa, Gorriarán y Fabo. No mimaron a sus afiliados.

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Por tanto, y a diferencia del bipartidismo, donde se hacen Congresos para cambiar líderes, Ciudadanos debería plantearse un Congreso en positivo, de ideas y no de personas. Olvidarse un poco de Primarias (que siempre tienen algo de trampa y generan guerras internas), y buscar afiliados que aporten valor y conocimiento para los futuros debates legislativos a los que se someterán sus 40 diputados elegidos.

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No se trata de grupos de trabajo, sino de un Congreso donde salga un verdadero programa de futuro para dos legislaturas. De esta manera, los nuevos cargos asumirán que tienen un tiempo de trabajo limitado: ocho años para ejercer la vida pública. Los diputados jóvenes han de asimilar que esto no va de firmar credenciales y empezar una nueva vida.

Los errores en campaña tienen solución; los de estructura no. UPyD defraudó a sus afiliados más preparados, los que no necesitaban la política como medio de vida. La lección es bien sencilla. Profesionales en política, y no políticos profesionales como Rosa Díez.

@jlmhens

10 enero, 2016

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