Editorial

Artur Mas, KO: fin del sainete, inicio de la tragedia

Apurando hasta el último segundo. Desde la inconsciencia completa pero desde la seguridad absoluta. Todos, los compadres de Juntos por el 3% y los del club de la zapatilla. Separatistas al alimón.

Desde la inconsciencia, porque probablemente ignoran los unos y los otros los estragos económicos y de imagen que han producido a su amada Cataluña en los últimos meses. Pero desde la seguridad, porque es un hecho indubitado que las locas aventuras de Artur Mas seguirán su curso. A la misma velocidad o a otra más endiablada. Apenas con pastillas de frenos y con los neumáticos cerca del reventón.

No. Este tiempo perdido antes del nombramiento del tal Puigdemont no nos lo podíamos haber ahorrado. Con el separatismo casi todo es gasto, irracionalidad, ausencia de sentido común o de solidaridad. Tocaba. Porque hablamos de expertos en contemplar su ombligo sin observar al prójimo, salvo que sea para mirarlo por encima del hombro.

Termina una ópera bufa en la que no han faltado protagonistas ni actores secundarios. Y ahora comienza la verdadera tragedia. La de un presunto gobierno regional en el que el programa común de las fuerzas que lo integran se resume en tres palabras: ODIO A ESPAÑA.

Es triste, sí. Preocupante, también. Delirante, por supuesto. Retrógrado, todavía más. Pero esta forma de entender la política es la propia de quienes, lejos de instalarse en un siglo XXI de concordia y progreso, prefieren retroceder a la época de la caverna para ejercer el poder, de facto, desde posiciones cavernícolas. Habrá que combatirles con más dureza y con más razón aún.

10 enero, 2016

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