Opinión

Lo que une el 3% que no lo separen los españoles

Pelillos a la mar. La noticia es que no hay noticia. Para que dos formaciones se pongan de acuerdo y pacten un acuerdo de investidura o legislatura la clave siempre es una: que sea mucho más lo que les une que lo que les separa. Y aquí no es mucho, es muchísimo: el odio a España.

Hemos asistido, durante más de tres meses, a una coreografía perfectamente ensayada. En los gestos, en los borradores, en las comparecencias, en las ausencias, en las amenazas, en las propuestas, en las alternativas… ha sido la maquinaria de la mentira. Mientras el espectador veía algo sobre las tablas, lo sustancial se ventilaba en el backstage.

En efecto, es irrelevante que la CUP se instituya en una peña antisistema de extrema izquierda y Jx3% en un engendro que aglutina a burgueses catalanes, otros que no lo son, y otros más allá que han ejercido de paraguas en las mordidas de la corrupción que se ha perpetrado en el oasis catalán durante décadas. Frente al enemigo, prietas las filas.

Esto es lo fundamental. Si alguien pensaba que en un momento dado se iba a ordenar un “rompan filas y sálvese quien pueda” era un ingenuo y se equivocaba de medio a medio. Frente al enemigo común, es la unión la que hace la fuerza. Y para seguir adelante en la carrera ilegal hacia la nada los unos se necesitan a los otros.

Para coronar esta tramoya echábamos en falta a una figura clásica: el hombre de paja. Ya lo tenemos. Puigdemont, “el hombre que quería expulsar a los invasores españoles”. Y a un protomártir. También ha emergido. Artur Mas, el hombre que recibió el mayor aplauso de su historia cuando se fue.

Aunque no lo parezca, queridos compatriotas, esto es España, Europa, el mundo civilizado. Un enero del año 2016.

@alfonsomerlos

CEO MADRIDCODE

10 enero, 2016

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *