Tomó las riendas de la Gremial en un momento delicadísimo y con una herencia envenenada, la de la anterior Junta Directiva presidida por Julio Moreno. Se van a cumplir tres meses. Había mucho trabajo por delante y muy difícil. Pero la Gremial de Auto Taxi de Madrid, de la mano de su nuevo presidente Miguel Ángel Leal ha dado pasos firmes, en la buena dirección y a gran velocidad.

En menos de cien días se ha reordenado parcialmente la situación económica precedente, que no era precisamente la mejor. Se han pagado nóminas, se están poniendo al día los abonos a proveedores… un trabajo bien hecho pero inacabado.

En el segundo frente clave en el programa de Leal y su equipo gestor, el de la unidad en el taxi, se ha avanzado tendiendo la mano a todos aquellos profesionales que han buscado el paraguas de la Gremial en un momento decisivo, en el que la competencia desleal y el intrusismo son una amenaza clara y, de momento, difícilmente reversible.

Precisamente para atajar esos problemas y ciertas situaciones de ilegalidad, la nueva directiva ha buscado y encontrado de forma satisfactoria el apoyo institucional y político. Tanto a nivel municipal, a través de la alcaldesa Carmena, como autonómico, donde se ha evidenciado un feeling y unos puentes bien tendidos con el ejecutivo de Cristina Cifuentes que ya están dando legislativa y reglamentariamente sus frutos.

No sólo eso. Al mismo tiempo, Leal y sus colaboradores están ampliando las escasas prestaciones que tenían los socios de la Gremial por el hecho de serlo. Los taxistas y sus familiares directos se están viendo ya beneficiados de descuentos de hasta el 15%, por ejemplo, en servicios sanitarios o en la compra de textil. Ése es el camino para que los afiliados crezcan y la asociación sea más sólida y solvente.

Todo suma. Es la mentalidad en positivo del presidente Leal, el vicepresidente Ángel Julio Mejía y todo un equipo que sabe, de forma consciente, que hay mucho, muchísimo camino por recorrer.