Madrid

La regeneración también es posible… en el Colegio de Odontólogos de Madrid

Son los tiempos. No sólo los políticos. Los impuestos por una sociedad cada día más exigente con el gobierno de empresas, organizaciones, asociaciones. Una sociedad más vigilante de las malas prácticas, de las irregularidades y hasta de la corrupción que no aparece en primera línea de los telediarios.

El domingo 24 de enero se celebran elecciones para el Gobierno del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de la I Región y las Juntas Provinciales de Ávila, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo. Frente al continuismo que representa la candidatura de Antonio Serrano ha emergido con fuerza y tirón entre los colegiados la del doctor Felipe Sáez, que se ha rodeado de un equipo cargado de motivación, de ideas, con espíritu crítico y ganas de llevar la profesión a lo más alto. Con experiencia en áreas de gestión universitaria y de sociedades científicas. Y con algo más: vocación regeneradora.

No es un eslogan. El doctor Sáez ha puesto la voz de alarma. Y está siendo escuchado. Especialmente en lo relativo a la fatal decisión que, a juicio de su candidatura, podría poner en riesgo la supervivencia del propio Colegio: la compra de una nueva sede. Un endeudamiento, en capital más intereses, que se va alrededor de los 10 millones de euros.

Y esto, ¿qué significa? Básicamente que la anterior Junta Directiva es insensible a las demandas y necesidades de la profesión: ignora su verdadera realidad. Pero, en román paladino, que se tendrán que hacer frente por parte de los colegiados a pagos de 540.000 euros… en los próximos 20 años. Algo que no sería un problema definitivo si no fuese porque hoy, el Colegio de Odontólogos, gasta todo lo que ingresa; o porque el presupuesto procede en casi un 95% de las cuotas que pagan los doctores.

En los nuevos tiempos sociales, donde el acceso a la información es más directo y la transparencia es un principio que se extiende entre las organizaciones humanas, es cada ciudadano el que tiene en su mano, con un voto, cambiar las cosas que no funcionan o funcionan mal. Para evitar que empeoren… antes de que descarrilen por completo.

11 enero, 2016

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