Opinión

De guaperas, despechadas, mojigatas y remilgadas…

Hace algunas semanas me serví de esta misma tribuna link del artículo «A Pablo Iglesias le gusta conducir» para aventurar mi pronóstico (que mantengo) respecto del iter hacia la Moncloa. Vaticiné y argumenté que Pedro Sánchez sería presidente. Desde entonces el todavía líder del PSOE se ha convertido en el guaperas del colegio y puede presumir de haber aupado a Patxi López a la presidencia del Congreso. Algo negado y renegado por Rajoy apenas 9 días antes de producirse el hecho. Esto es política, dicen. En fin…

Al mismo tiempo, el mil veces dado por muerto (políticamente) secretario general socialista, está siendo capaz de cortejar a ERC y a Democracia y libertad regalando senadores envenenados, a sabiendas de que su connivencia es fundamental de cara al objetivo en una huída en solitario de condena premonitoria. Un partido supuestamente de ámbito nacional ligando con el separatismo más convenido. Nada nuevo. Esto también debe ser política…

Por su parte Podemos ha adoptado la postura de la novia despechada. Ha visto flirtear al tipo que le gusta con esa muchacha de buena familia, de apariencia mojigata, pero que acaba yéndose con cualquiera: lo mismo le da un PSOE andaluz que un PP madrileño…ya saben, es política. Los morados venderán ahora caros sus besos a tenor de la infidelidad consumada en torno a la Mesa, aunque la abominación común respecto de Rajoy acabaría por recomponer el corazón de los insumisos neodiputados. El PSOE ya pone de su parte y pretende nuevo zalameo, intentando contentarles con los cuatro grupos parlamentarios ilegales. ¿Quién dijo imposible?

El PP es la remilgada que se hace cruces en público pero que se desmelena en privado aprovechando cierta nocturnidad y que, por no saber donde tiene la derecha, ha tirado toda la confianza otorgada, siendo ahora la más fea con quien nadie quiere bailar. Sólo cuenta con la simpatía de la profe, esa extranjera que a lo señorita Rottenmeier, le obligó a ser o no ser.

FOTO IIEn estas que Juncker ha llamado la atención a los niños. Que se pongan de acuerdo y dejen de marear la perdiz. Él, a pesar de tener tatuadas simpatías por los populares por eso de venir del tronco común, no ha querido mojarse y sólo ha pedido un gobierno estable. Sea como fuere, los chicos están muy revolucionados desde el pasado miércoles: van sin uniforme, llevan bebés a clase, se han vuelto respondones, dejan la ropa por todas partes y lo que es más preocupante, se han estrenado con formas muy abruptas basadas en el un guerracivilismo demagógico como única baza para asaltar los cielos. Su política es la de los signos externos, la del puño en alto y el discurso rupturista y ofensivo. Más de 5 millones de personas han refrendado estas nuevas formas y serán más si se repiten elecciones. Es hablar de comicios y a los deslenguados se les hace la boca agua.

En el otro lado aquellos ciudadanos cuyo delito es estar en la necesaria firmeza que exige el cumplimiento de la ley, en las formas moderadas y en el respeto al prójimo que no hace concesiones al maldito colectivismo generador de mediocridad.

@nandozt

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19 enero, 2016

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