Editorial

Esta es la nueva clase política: Pablo Iglesias disfruta de cómo patean a un policía

El candidato embrujado ante el espejo. Sánchez, ante su propia estampa. Pero también ante la del socio de gobierno con el que pretende conducir a España al abismo. Pablo Iglesias, el hombre al que se le hacía la boca agua contemplando en las pantallas de televisión cómo un policía que custodiaba la sede de la soberanía popular y nacional era pateado, desde el suelo e indefenso, por un cobarde criminal. Ése es el nivel.

Iglesias contra los españoles. Iglesias contra el pueblo. Iglesias, con los que -los agresores- siempre deben tener como destino la cárcel. En una democracia. Ése es el pasado. Es imborrable. Porque es un monumento a la vileza y la villanía más absolutas. Pedro debe acabar con esta locura antes de que sea tarde.

20 enero, 2016

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