Editorial

Las fuerzas progresistas empiezan a vaciar bolsillos

Hasta que no sepa qué coño van a hacer los que vengan con la reforma laboral no puedo contratar a ningún tío más”. La declaración es de un empresario que da trabajo a una docena de obreros. Es lo que hay. Un daño consumado, real, presente. No futuro ni anunciado porque llegará en semanas o meses con un gobierno de izquierda radical.

No. La situación de ausencia de gobierno y la amenaza de un pacto de “todos contra el PP” ha puesto en jaque en las últimas semanas a la economía española. Inversiones congeladas, paralizadas. Dinero que se va a otros países. Empresarios que prefieren mantener sus billetes en el bolsillo antes que seguir contratando. Parados que ven cómo se reducen en las próximas semanas sus expectativas de tener un empleo.

El panorama es desolador. Naturalmente el bipartidismo tenía sus problemas y el pluripartidismo tiene sus ventajas. Pero, éste último, esencialmente, cuando es real y no impostado. Cuando se basa en la creación a raíz de la suma de diversas fuerzas de un proyecto con sentido. Pero cuando se basa en el encono, el odio, la improvisación y la guerra del poder por el poder, el resultado es simplemente el desastre. Estamos a tiempo de corregirlo. O de agravarlo hasta por cuatro años más.

26 enero, 2016

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