La izquierda que llegó a las instituciones bajo la batuta de regenerar la vida política no parece que esté cumpliendo con lo prometido en campaña electoral.

No son pocos los casos de nepotismo desde los pactos antiPP del mes de junio. Los ayuntamientos de Madrid, Valencia, Barcelona o la propia Comunidad Valenciana han estado en el foco de la polémica por nombramientos polémicos de familiares, afiliados y amigos.

Desde hace unos meses, el beneficiado de la ‘política familiar‘ es Eduardo Garzón, hermano del líder de Izquierda Unida, que ha sido fichado como asistente local del eurodiputado Javier Couso, también miembro de la coalición comunista.

El puesto que ocupa Garzón es una suerte de asesor con el que cuentan los diputados en Bruselas y que se ejerce desde el país de origen. En este caso, trabajará desde España.

Lo curioso, amén del parnetesco con uno de los candidatos a La Moncloa el 20D, es que Garzón ha añadido recientemente su nueva ocupación laboral en su currículum, mientras que la Eurocámara sí lo tenía añadido a su lista de asesores locales.

Todos los partidos políticos que obtuvieron representación en Bruselas en mayo de 2014 tienen tanto asesores locales como en las tres sedes de la Unión Europea (Bruselas, Estrasburgo y Luxemburgo). La formación nacional con más personas en estos cargos es el Partido Popular. Resulta lógico, puesto que ganó ampliamente los comicios europeos. Sin embargo, le sigue Podemos, que únicamente obtuvo cinco escaños y que cuenta con nueve asistentes en Bruselas y 21 locales (cinco más que los populares).