La energía y el cambio climático, las renovables y el nuevo modelo energético, la energía solar fotovoltaica como una realidad de presente y no sólo de futuro, el disparatado sistema eléctrico español, el sudoku de la factura eléctrica que pagamos a final de mes ¿o cada dos?, la pobreza energética… y al fondo, 62.000 productores de fotovoltaica arruinados por el Estado y, hoy por hoy, sin solución a la vista. Atrapados.

Son cuestiones, todas ellas, de formidable interés general que aparecen como telón de fondo de una obra de extraordinario rigor y solidez jurídica: Riesgo regulatorio en las energías renovables. A la luz de este trabajo, prologado por Ramón Tamames y en el que escriben los máximos especialistas en la materia, queda al descubierto la situación de injusticia e indefensión en que han quedado ‘los fotovoltaicos’.

Decenas de miles de familias que creyeron al Estado cuando les animó a invertir para arruinarles a los pocos meses. Golpeadas por las modificaciones de las reglas del juego en pleno partido con el gobierno de Zapatero. Rematadas por el de Rajoy. En un túnel muy largo. Sin luz al final.

El sol era suyo, como rezaba el lema publicitario con el que se excitaba su ánimo para invertir. Ahora, con el marco de inseguridad jurídica generado, más propio de regímenes de otras latitudes, lo único suyo es una deuda brutal. Y, sin embargo, son familias que permanecen en la penumbra. A pesar de que pusieron -muchas de ellas- los ahorros de casi toda su vida, a pesar de que lo destinaron a un fin ético, a pesar…

La compilación de Thomson Reuters – Aranzadi alerta minuciosamente sobre los destrozos causados por el riesgo regulatorio en el sector de la energía en España. Es algo que toca a todos los actores. No sólo a los productores o distribuidores. De forma inapelable, a los consumidores. O sea, a 47 millones de españolitos.