La ‘alcaldesa de España’ acaba por difuminarse. Hace años, Mariano Rajoy ponía a la actual exalcaldesa como el mejor patrimonío popular en la Nación. Pero todo cambia. Cambian los tiempos. Las formas y, sobre todo, los nombres.

Hoy día, Rita Barberá -al menos a nivel externo- se ha dinamitado. Ha caído el mito. Desde la que fue su ciudad, Valencia, se le pide por activa, pasiva y perifrática que deje el cargo.

Sin embargo, ella se aferra a su acta de senadora como si no hubiera mañana. Falco favor le hace a su hermana Asunción, que niega las acusaciones, y a su partido.

Precisamente su formación ha sido quien le ha pedido que dé «un paso atrás». De hecho, el vicesecratario de Comunicación del Partido Popular, Pablo Casado, afirmó que sería «positivo» que la exalcaldesa dejara su acta de senadora y «diera explicaciones«.

Ante esto, el Grupo Popular en el Senado ha impedido que Barberá presida la comisión consitucional y ha relegado a la ex primer edil a ser ‘mera’ vocal de dicha comisión en la Cámara Alta.

Cabe recordar que Génova sigue a la espera del «gesto» de Barberá, mediante el que renuncie a ser senadora y, por tanto, a su aforamiento.

Mientras tanto, se siguen sucediendo las comprecencias en la Ciudad de la Justicia de Valencia, en el contexto de la operación Taula, que investiga un supuesto blanqueo del PP en Valencia