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Si es un diamante, mucho mejor

Se acerca San Valentín, una fecha clave en el calendario de muchos. Una fecha en la que pretendientes secretos declaran su amor, fecha escogida por muchos para celebrar el enlace matrimonial, fecha para sorprender a un ser querido. Fecha, en la cual miles y millones de establecimientos físicos y digitales multiplican de forma desorbitada sus ventas. Tal es el caso de Amazon.com quien afirma que la venta de anillos de compromiso se ha disparado un 195% estos días.

Pero, ¿ sabemos por qué regalamos anillos?

La historia del anillo de compromiso es larga, y a medida que ha ido pasando el tiempo ha sufrido diversas modificaciones. Los egipcios fueron los pioneros de esta tradición, entregaban anillos de compromiso a sus amadas como señal de confianza y compromiso.

Los romanos adaptaron esta tradición a sus creencias y costumbres, ya no hacían entrega del símbolo a sus pretendientas, sino al padre, quien debía aceptar el noviazgo.

Fueron los judíos quienes en el siglo VIII d.C. incorporaron el uso de anillos en la ceremonia nupcial. Por otro lado, el cristianismo, inicialmente en contra de esta iniciativa por considerarlo ‘materialista’, incorporó esta costumbre mucho más tarde, en el siglo XIII.

¿Izquierda o derecha?

La costumbre de llevar el anillo de compromiso en el dedo anular de la mano izquierda, se basa en la antigua creencia de que la vena amoris recorría dicho dedo hasta llegar directamente al corazón, lo cual reforzaba el sentimiento de unión.

Si es un diamante, mucho mejor

Diamante, tiene su origen etimológico en la palabra griega ‘adámas’, lo cual significa invencible o inalterable, o lo que es lo mismo eterno.

Por lo tanto podemos constatar que un anillo de diamante no sólo es señal de prestigio, sino que simboliza un compromiso eterno.

Si tú también quieres aprovechar el día de San Valentín para emprender el camino al amor eterno, recuerda las palabras de Marilyn Monroe: “Diamonds are a girl’s best friend”.

@CamChris19

13 febrero, 2016

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